El aumento de la inflación ha sido un tema preocupante para la economía estadounidense. A pesar de los esfuerzos de la Reserva Federal para llegar al 2% objetivo, persisten obstáculos para alcanzar esta meta. Según los economistas, el alto costo de la vivienda es uno de los principales culpables. A pesar de las garantías de que eventualmente bajarán, sigue sin llegar el momento en que la «inflación de refugio» disminuya.
Durante el último año, dos tercios del aumento del CPI básico han provenido del refugio, según Greg McBride, analista financiero en Bankrate. Esta tendencia preocupa a muchos, incluyendo al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, quien ha expresado confianza en que eventualmente disminuirán.
Sin embargo, a pesar de las expectativas y las promesas de que los precios de la vivienda disminuirán, no ha sucedido. Los expertos económicos reconocen que esta es solo otra sorpresa en un período post-pandémico que ha desconcertado a muchos.
Una de las razones por las cuales se espera que la inflación de la vivienda disminuya es la forma en que el gobierno mide el valor de la vivienda en el índice de precios al consumidor. A través de un complejo sistema de encuestas, el gobierno estima lo que los propietarios pagarían si estuvieran alquilando en lugar de ser dueños. Esta metodología, sumada a la manera en que se recopilan los datos de alquiler, ha llevado a ciertas divergencias entre los datos del CPI y la realidad en el mercado de la vivienda.
Además, el hecho de que la información sobre alquileres se recopile solo dos veces al año y la incapacidad para reflejar los aumentos rápidos en los alquileres hacen que el CPI no sea un buen indicador para entender el mercado de la vivienda. Además, la vivienda es en última instancia un problema local, por lo que la interpretación de datos nacionales puede no ser aplicable a situaciones específicas en localizaciones concretas.
En resumen, las dificultades para disminuir la inflación de la vivienda se encuentran en la complejidad del cálculo de la inflación y en la inadecuación de los datos nacionales para entender situaciones locales. Esto refuerza la necesidad de considerar factores específicos a la hora de interpretar los datos y de confiar en tendencias locales en lugar de en datos nacionales imprecisos.