En un giro impactante de los acontecimientos, Vince McMahon, el fundador de la WWE y presidente ejecutivo de TKO, ha renunciado en medio de perturbadoras acusaciones de asalto sexual, tráfico y abuso físico. Las acusaciones salieron a la luz a través de una demanda presentada por Janel Grant, una ex empleada de la WWE, arrojando luz sobre la magnitud de la presunta mala conducta de McMahon.
Mientras McMahon niega vehementemente las acusaciones y expresa su disposición a defenderse en la corte, ha decidido retirarse de su presidencia ejecutiva y del consejo de administración de TKO de inmediato. La renuncia de McMahon refleja un desarrollo significativo para la empresa de entretenimiento de lucha libre que creó hace más de 40 años.
Los informes sobre acuerdos pagados a varias mujeres durante el mandato de McMahon como CEO y presidente de la WWE han circulado desde 2022, pero la demanda de Grant, presentada recientemente, proporciona detalles adicionales sobre las presuntas acciones de McMahon. La demanda acusa a McMahon de utilizar ofertas de trabajo en la WWE y promociones posteriores a cambio de sexo. Además, alega que McMahon traficó a Grant con otros hombres dentro y fuera de la empresa, implicando a John Laurinaitis, un ex empleado, en el proceso.
La demanda describe las acciones de McMahon como «crueldad y degradación extremas» hacia Grant durante su tiempo en la WWE, generando preguntas sobre la cultura organizacional y un presunto encubrimiento de las acciones de McMahon. TKO Group Holdings, la empresa matriz de la WWE, ha guardado silencio sobre las acusaciones, con el presidente de la WWE, Nick Khan, anunciando la renuncia de McMahon de sus cargos.
Esta marca la segunda renuncia de McMahon, la primera ocurrió en julio de 2022 en medio de acusaciones anteriores de mala conducta sexual. Aunque un comité especial investigó a McMahon, regresó al consejo de la WWE en enero de 2023 después de que se cerrara la investigación.
La demanda de Grant no solo plantea preguntas sobre la cultura interna de la WWE, sino que también acusa a la empresa de encubrir activamente las acciones de McMahon. Grant afirma que el comité especial encargado de investigar a McMahon nunca la entrevistó ni solicitó documentos, a pesar de su presunta disposición a cooperar.
La salida de McMahon llega en un momento crucial para la WWE, ya que la empresa se fusionó recientemente con la UFC para formar TKO, un acuerdo valorado en más de $21 mil millones. McMahon, el mayor accionista de la WWE, formaba parte del consejo de TKO, enfatizando la magnitud de su impacto en la empresa.
En medio de la salida de McMahon, la WWE ha asegurado nuevas asociaciones comerciales, incluida la inclusión de Dwayne «The Rock» Johnson en el consejo de TKO. La empresa también ha firmado un lucrativo acuerdo de 10 años con Netflix, convirtiendo a la plataforma de transmisión en el hogar exclusivo de «WWE Raw» a partir de enero de 2025, con un valor de más de $5 mil millones.
Mientras la WWE enfrenta las consecuencias de la renuncia de McMahon y las acusaciones en torno a su fundador, el gigante de la lucha libre busca navegar por un nuevo capítulo con asociaciones frescas y desafíos por delante.