El cohete Starship, de casi 121 metros de altura, despegó al amanecer desde la base de Boca Chica de SpaceX, en el sur de Texas.
El domingo, SpaceX logró un hito importante en la ingeniería espacial al lanzar su enorme cohete Starship en un ambicioso vuelo de prueba. El logro más notable del día fue que, por primera vez, la compañía logró atrapar con éxito el propulsor de la primera etapa con brazos mecánicos cuando regresaba, después de despegar desde la misma plataforma donde aterrizó solo unos minutos después.
El Starship, de casi 121 metros de altura, despegó al amanecer desde Boca Chica, Texas, cerca de la frontera con México. Al igual que en pruebas anteriores, el cohete trazó una trayectoria sobre el Golfo de México. Sin embargo, a diferencia de los vuelos anteriores, esta vez la primera etapa se recuperó con éxito. El logro fue posible gracias a los enormes brazos metálicos de la torre de lanzamiento, conocidos como «palillos», que atraparon el propulsor de 71 metros después de su descenso controlado.
Elon Musk, director ejecutivo de SpaceX, celebró el éxito del cohete X y dijo: «¡La torre atrapó al cohete!». Los empleados de SpaceX vitorearon cuando el cohete aterrizó suavemente en los brazos de la torre.
Dan Huot, de SpaceX, expresó su entusiasmo desde el lugar de lanzamiento y dijo: «Incluso en esta época, lo que acabamos de presenciar parece magia. Estoy temblando ahora mismo». Este momento será recordado como un gran avance en la historia de la ingeniería aeroespacial.
Mientras tanto, la nave espacial que se separó del cohete continuó su vuelo alrededor del mundo, con el objetivo de un amerizaje controlado en el océano Índico. Se esperaba que el vuelo completo durara poco más de una hora.
Este logro marca otro gran paso para SpaceX hacia la reutilización de sus cohetes Starship, un avance esencial en futuras misiones a la Luna y Marte.