El reconocido periodista de investigación Seymour Hersh reveló detalles internos de cómo el estado profundo dirigido por Obama obligó al actual «Presidente de los Estados Unidos» Joseph R. Biden a renunciar el domingo 21 de julio después de amenazar con invocar la Enmienda 25, que permite al VP y a la mayoría del gabinete destituir a un Presidente que no puede ejercer sus funciones y deberes.
Toda esta situación se desencadenó después de un discurso de Biden en la NAACP en Las Vegas el 16 de julio, donde, entre numerosos errores, alabó a Kamala Harris como una excelente VP y como una posible Presidenta. La situación se enredó aún más cuando, al día siguiente de este discurso, Biden fue llevado de urgencia a Rehoboth Beach, Delaware, con un supuesto diagnóstico de COVID, dejando a todos a bordo de Air Force One desconcertados por la falta de información.
Según fuentes de inteligencia citadas por Hersh, la presión para apartar a Biden provino de importantes donantes demócratas que estaban reteniendo unos $90 millones en donaciones prometidas. Varios de estos donantes, entre ellos millonarios como Mark Pincus, Christy Walton y Michael Novogratz, instaron a Biden a apartarse y considerar otro candidato.
Finalmente, bajo la influencia del «estado profundo», Biden fue presionado para que diera paso a Kamala Harris, quien recibió un respaldo rápido y contundente por parte de Obama y Pelosi. Esta movida fue considerada una venganza de Biden contra Obama, lo que añadió drama a la situación política.
El informe de Hersh insinúa un juego de poder detrás de escena que manipula el curso político del país, donde Harris queda en una posición delicada y su permanencia como candidata podría depender de su desempeño contra Donald Trump. Sin embargo, la incertidumbre y la intriga rodean la situación, marcando un capítulo inédito en la historia política de Estados Unidos.
En resumen, la trama de cómo Kamala Harris llegó a ser candidata presidencial tras la destitución de Biden despierta interrogantes sobre la influencia de diferentes actores en la política actual y anticipa un escenario lleno de incertidumbre y juego de poder.