El pasado evento de la cena de corresponsales de la Casa Blanca puede describirse como un desastre, con un acto de comedia sin gracia, un discurso desastroso por parte del llamado líder del mundo libre y ese mismo líder disfrutando de su cena como un paciente de Alzheimer en un hogar de ancianos.
En este evento, el comediante designado fue Colin Jost de Saturday Night Live, quien después de hacer bromas poco graciosas sobre Trump y Biden, se lanzó a un discurso emocional sobre su abuelo fallecido, mientras elogiaba la supuesta «decencia» de Biden.
Biden mismo bromeaba sobre liderar persecuciones contra su principal oponente político, Donald Trump, algo que parecía irónico dada la situación. En años anteriores, el presentador Trevor Noah hizo una actuación similarmente patética, con Biden calificando a Trump como «una horrible plaga».
Uno de los momentos más virales del evento fue cuando Noah mencionó que desde que Biden llegó al cargo, todo ha subido: la gasolina, el alquiler, la comida, entre otras cosas, mientras que los elitos de DC, los periodistas y Biden se reían a carcajadas.
Es cierto que todo ha aumentado bajo la presidencia de Biden, pero algo que ha disminuido rápidamente es su salud mental. Durante la cena, se le vio luchando por comer su comida, algo a lo que no está acostumbrado ya que generalmente le dan puré y se lo alimentan. Se le vio confundido moviendo la ensalada en su plato y distraído con un panecillo.
Además, aprovechó la oportunidad para difamar a Trump y repetir la falsa teoría de la «masacre de sangre». Trump posteriormente criticó a Biden en un post en Truth Social, arremetiendo contra su desastroso discurso.
En resumen, el evento de la cena de corresponsales de la Casa Blanca fue una representación trágica de la actualidad política, con un líder que no parece estar a la altura de las circunstancias y una élite complaciente que se ríe de los problemas que enfrenta el pueblo estadounidense.