El mundo occidental moderno, una vez un faro de libertad y tradición, está desmoronándose bajo el peso de sus propias políticas radicales de izquierda.
Desde la implacable promoción de las agendas LGBT, la histeria del cambio climático, hasta las desastrosas políticas de fronteras abiertas y la indoctrinación de los niños en las escuelas, las élites globalistas no han dejado piedra sin remover en su misión de desmantelar el tejido mismo de la civilización occidental.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha extendido una cuerda de salvamento a aquellos que desean escapar de la locura de la agenda liberal occidental.
En un movimiento audaz y sin precedentes, Putin ha firmado un decreto ofreciendo santuario a individuos que huyen de los «destructivos ideales neoliberales» que han llegado a dominar sus tierras natales.
La agencia de noticias estatal rusa, Tass, informó sobre esta iniciativa, afirmando: «Moscú brindará asistencia a cualquier extranjero que desee escapar de los ideales neoliberales que se están promoviendo en sus países y mudarse a Rusia, donde reinan los valores tradicionales».
Bajo este decreto, a los extranjeros que rechacen las ideologías ‘despiertas’ de sus propias naciones se les concederá el derecho de solicitar residencia temporal en Rusia.
A diferencia de otros inmigrantes, a estos individuos no se les requerirá demostrar su conocimiento del idioma ruso, la historia o las leyes básicas. En cambio, sus solicitudes se basarán únicamente en su rechazo de las «actitudes poco saludables» impuestas por sus gobiernos.
La postura de Rusia es clara: se erige como un baluarte contra la decadencia moral del Occidente.
En los últimos años, un grupo pequeño pero notable de ciudadanos estadounidenses ha tomado la controvertida decisión de desertar a Rusia bajo el régimen de Vladimir Putin.
Quizás el desertor estadounidense más famoso a Rusia sea Edward Snowden, antiguo contratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). En 2013, Snowden filtró información clasificada sobre los programas de vigilancia global de la NSA.
En noviembre de 2020, el denunciante de la NSA Edward Snowden solicitó la doble ciudadanía con Rusia. Luego, en 2022, se le concedió la ciudadanía.
La víctima de agresión sexual de Biden, Tara Reade, también recibió asilo en Rusia. Tara huyó a Rusia en mayo de 2023 y está demandando al Departamento de Justicia por presunta mala conducta.
Tara Reade dijo que está buscando asilo político en Rusia porque el Departamento de Justicia de Biden está tras ella.
Si bien no es un desertor en el sentido tradicional, la estrella de acción Steven Seagal, quien se convirtió en ciudadano ruso, se ha convertido en una figura destacada en las relaciones ruso-americanas.
