Topps anunció el domingo una tarjeta de béisbol única para la sensación novata Paul Skenes. La rara tarjeta que presenta el parche del debut de Skenes como novato fue lanzada en un paquete el miércoles. Ahora, los Piratas de Pittsburgh están tratando desesperadamente de encontrar esa tarjeta.
Los Piratas están ofreciendo al fanático que encuentre la tarjeta dos boletos de temporada detrás del plato por los próximos 30 años y un juego de softbol para 30 personas en el PNC Park, además de entrenamiento con ex jugadores de los Piratas. El paquete también incluye una experiencia única en los entrenamientos de primavera, que incluye un recorrido privado por Pirates City y LECOM Park. También incluye un encuentro con Skenes, dos camisetas autografiadas y la posibilidad de practicar bateo con el equipo.
Skenes también tiene el lujo de tener una novia muy famosa, la gimnasta de LSU y sensación de las redes sociales Livvy Dunne, quien aumentó la oferta. La persona que encuentre la tarjeta puede sentarse con ella en un juego de los Piratas en su suite.
¿Una oferta egocéntrica? Tal vez. Ella tiene muchos fanáticos y seguidores obsesionados en línea que saltarían ante la oportunidad de conocerla. Pero esta ha resultado ser una oferta bastante rara para una tarjeta muy codiciada.
Esta tarjeta estará en demanda. Skenes va a ser el Novato del Año de la Liga Nacional y fue nombrado en el Primer Equipo All-MLB 2024. No solo serán los fanáticos de los Piratas los que buscarán este objeto. Coleccionistas de todo el país estarán desgarrando los paquetes con la esperanza de encontrarlo.
Michael Rubin, el fundador y CEO de Fanatics, ya ha insinuado que podría tener que superar la oferta de los Piratas. Él tiene un valor neto de $10.6 mil millones. Si realmente quiere esa tarjeta, la conseguirá.
Si alguien fuera de Pittsburgh encuentra la tarjeta, la oferta quizás no parezca tan genial. ¿Quizás podrían darte el valor nominal de esos boletos de temporada detrás del plato por los próximos 30 años? Eso al menos iniciarÍa una conversación.
Esta es una de esas situaciones locas en las que realmente depende de quién encuentre la tarjeta. Si va a parar a algún preadolescente en Pensilvania, los Piratas podrán exhibir orgullosamente esa tarjeta en el PNC Park como quieran.
Pero si alguna persona mayor y codiciosa periodista deportivo lograra obtenerla, puedes apostar que estarían llamando a Rubin y vendiéndola al postor más alto por dinero en efectivo.
Buena suerte obteniendo esa tarjeta, Piratas.