En la actualidad, muchos recordamos los días en los que podíamos parar en una gasolinera, echar $5 de 87 octanos y recorrer millas sin preocupaciones. Sin embargo, esos días han quedado atrás desde hace tiempo, como lo muestra el reciente artículo de la Semana de la Realidad de Energy.gov, que reveló que los fabricantes de automóviles han recomendado gasolina premium para la mayoría de los vehículos ligeros desde 2018.
Más de la mitad de todos los vehículos ligeros vienen con una recomendación de gasolina premium, un incremento significativo desde el 6.5 por ciento de los vehículos que necesitaban premium en 1985. Este crecimiento se debe en parte al cambio de los fabricantes de automóviles a motores más pequeños turboalimentados y con mayor compresión que requieren un octanaje más alto.
Aunque todavía es posible comprar un automóvil que no requiera combustible de alto octanaje, el número de modelos disponibles ha disminuido de manera bastante consistente en las últimas dos décadas. Los vehículos que requieren gasolina de grado medio no se separaron de las cifras hasta 2011, pero la categoría ha representado un número mínimo de modelos disponibles desde entonces.
Las calificaciones de octanaje miden la capacidad de un combustible para detener la «detonación» o «golpeteo». Aunque hay excepciones, como la gasolina de competición, la mayoría de las gasolineras en los Estados Unidos ofrecen tres calificaciones de octanaje que van desde 87 para la gasolina regular hasta 93-94 octanos para la premium. Cuanto más alta sea la calificación de octanaje, más capaz será el combustible de resistir el golpeteo a niveles de compresión más altos, lo que permite a los fabricantes de automóviles extraer más potencia de motores más pequeños y eficientes.
Si bien siempre es una buena idea seguir las recomendaciones del fabricante de su vehículo, puede haber momentos en los que la gasolina premium no esté disponible. Los sistemas de control de motor avanzados de los vehículos más nuevos a menudo pueden ajustar las operaciones para adaptarse a combustibles de menor octanaje, pero pueden sufrir una disminución en la economía de combustible o potencia en el camino. Al mismo tiempo, usar gasolina premium en un vehículo que no está diseñado para aprovecharla puede resultar en poco o ningún beneficio y costar mucho más en el proceso.
En resumen, la evolución hacia motores más eficientes y pequeños ha hecho que la gasolina premium sea cada vez más común en la industria automotriz. Si bien es importante seguir las recomendaciones del fabricante, también es crucial entender cuándo y cómo utilizarla adecuadamente para obtener el mejor rendimiento y eficiencia de su vehículo.