En 2023 el mineral crítico utilizado para fabricar baterías de vehículos eléctricos atrajo la atención de los líderes de la industria. El CEO de Tesla, Elon Musk, describió a las baterías de litio como «el nuevo petróleo» y urgió a los empresarios a producir más litio.
La demanda mundial de litio se espera que se duplique entre 2025 y 2030 a medida que más consumidores compren vehículos eléctricos. Se espera que los vehículos eléctricos representen aproximadamente la mitad de las nuevas ventas de automóviles en todo el mundo para 2035, según Goldman Sachs.
Sin embargo, a pesar de la creciente demanda, los precios del litio han disminuido en 2023. A pesar de las iniciativas para expandir la producción de litio en los EE. UU., los precios han caído bruscamente este año, alcanzando un mínimo en noviembre.
Las previsiones reducidas para vehículos eléctricos debido a las altas tasas de interés y preocupaciones de asequibilidad han provocado un descenso en el crecimiento de la demanda de litio y resultaron en un exceso de oferta de litio antes de lo esperado.
Aunque se vislumbran desafíos a corto plazo para el mercado del litio, se espera que la demanda a largo plazo siga siendo sólida. A pesar de los esfuerzos por desarrollar tecnologías alternativas, la necesidad de litio continuará siendo relevante en los próximos años.
La atención creciente de Estados Unidos en el litio proviene de su ambición por convertirse en un país independiente en el campo de las baterías. Sin embargo, la atención se centra en la infraestructura de extracción y refinación, ya que actualmente los EE. UU. solo produce aproximadamente el 1% del suministro global de litio.
Aunque la competencia en el mercado del litio es feroz, el impacto a largo plazo sigue siendo incierto mientras los avances tecnológicos y comerciales continúan evolucionando. Las previsiones apuntan a un futuro brillante para el litio, pero también destacan los desafíos que deberán enfrentarse en los próximos años.