El sector sanitario se ha visto revolucionado por la tecnología, transformándolo en algo parecido a una escena de una película de ciencia ficción. Hoy, el campo de la salud se enriquece con inteligencia artificial, plataformas de datos, robots quirúrgicos y herramientas digitales, entre otros. Se prevé que estos avances representen un valor de mercado de 468.350 millones de euros el próximo año.
La mayor parte del desarrollo en este mercado se ha centrado en respaldar el diagnóstico y la digitalización de registros médicos y otros procesos. “Estas tecnologías mejorarán la productividad y eficiencia de nuestro sistema sanitario, permitiéndonos satisfacer la creciente demanda de asistencia sanitaria de una población cada vez más envejecida y con múltiples enfermedades crónicas”, afirma Pablo Crespo, secretario general de Fenin.
El auge de la inteligencia artificial
La introducción de la inteligencia artificial (IA) ha sido el avance más significativo. «La IA puede diagnosticar afecciones que el ojo humano podría pasar por alto y tiene una tremenda capacidad de procesamiento y detección», explica Salvador Vera Manero, director general de Mysphera y miembro de la junta directiva de la Asociación de Salud Digital (ASD). Según Statista, se espera que el mercado de la IA en el sector sanitario alcance los 42.080 millones de euros.
Sin embargo, el rápido ritmo del avance tecnológico plantea desafíos culturales y organizativos. La implementación puede ser lenta, particularmente en entidades públicas. «El desafío final es lograr un compromiso con el uso de la tecnología y, a menudo, hay resistencia a cambiar las prácticas laborales establecidas», dice Vera Manero.
Líderes globales y oportunidades de aprendizaje
Estados Unidos lidera en este campo, gracias a la importante capacidad inversora de sus hospitales. España también ha sido ejemplar en la adopción de la historia clínica electrónica. «Los Países Bajos y el Reino Unido también son líderes, pero Estados Unidos suele marcar el ritmo», señala Vera. Crespo añade: «Debemos aprender de los países que han priorizado la tecnología sanitaria avanzada estableciendo legalmente edades máximas para sus equipos y dispositivos médicos».
El mercado español
La pandemia marcó un punto de inflexión en la adopción de tecnología en el mercado sanitario español. «Prácticas como la teleconsulta, que se practican desde hace años en muchos hospitales, se han convertido en algo habitual», afirma el miembro de la ASD. Sin embargo, el proceso se ha vuelto más lento a medida que las organizaciones vuelven a métodos anteriores. «Las agencias gubernamentales juegan un papel crucial a la hora de facilitar y estructurar los procesos de adquisiciones para que las pequeñas y medianas empresas puedan competir», enfatiza Crespo.
Si bien hay muchas subvenciones disponibles para proyectos piloto, a menudo no logran avanzar más allá de las etapas iniciales. «Este fue el caso de la historia clínica electrónica», destaca Vera.
Desafíos administrativos y de financiación europeos
Los fondos europeos han fomentado la incorporación de tecnología sanitaria, pero se han topado con obstáculos administrativos. “Es más fácil adquirir equipamiento para hospitales que acometer proyectos de transformación digital que requieran recursos del centro para cambios organizativos”, explica Vera. «Esta complejidad es una barrera importante».
Progreso lento pero constante
La adopción de tecnología sanitaria avanza, pero no al ritmo deseado para lograr un sistema moderno y eficiente. La IA, los registros médicos electrónicos y los robots quirúrgicos ya están integrados en muchos centros y hospitales, pero aún están surgiendo nuevas tendencias. Por ejemplo, la trazabilidad de los pacientes y el acceso a datos históricos en los centros de salud, lo que requiere la creación de lagos de datos, se encuentran en sus primeras etapas. «Somos lentos en adoptar la innovación y a menudo priorizamos los costos sobre la inversión, centrándonos en el impacto económico a corto plazo en lugar de la eficiencia a largo plazo», comenta Crespo.
El tiempo necesario para implementar nuevas tecnologías varía ampliamente. Transformar los procedimientos de un hospital puede llevar al menos un año, mientras que otros productos pueden tardar sólo tres meses o hasta dos o tres años.