La máquina de guerra de Rusia en Ucrania ha sido financiada durante dos años y medio por sus vastas reservas de petróleo, incluso frente a las crecientes sanciones que la han alejado de clientes clave en Occidente. Sin embargo, un movimiento audaz de Arabia Saudita podría poner en peligro esa estrategia.
Según un informe del Financial Times en septiembre, se informa que Arabia Saudita está planeando abandonar su objetivo de precio no oficial de $100 por barril de petróleo crudo para ganar participación en el mercado aumentando la oferta.
El país está desafiando a la industria petrolera de EE. UU., donde la extracción de petróleo es más costosa, al tiempo que confirma implícitamente que es difícil cobrar más de $100 por barril de petróleo crudo. En octubre, un ministro saudí advirtió que los precios podrían bajar hasta $50 por barril.
El mayor perjudicado, sin embargo, podría ser la máquina de guerra de Rusia.
Luke Cooper, investigador de la London School of Economics, escribió para la revista IPS, que «Para Rusia, esta es la peor de las situaciones». A diferencia de Estados Unidos, tiene una economía dependiente del petróleo, que se beneficia del poder del cartel de la OPEP+. Sin embargo, a diferencia de Arabia Saudita, su petróleo no es barato de extraer, lo que lo hace mal equipado para lidiar con condiciones de bajo precio.
Rusia ha sido golpeada con sanciones de Occidente tras su invasión a Ucrania en febrero de 2022. Estas medidas han resultado más perjudiciales para los países que las aplican que para Rusia en sí misma. Mientras que Alemania ha enfrentado una recesión prolongada en su sector productivo, la economía en su conjunto se espera que se encoja por segundo año consecutivo en 2024.
Por su parte, la economía de Rusia creció un 3.6% en 2023 y se expandió a una tasa anualizada del 5.4% en el primer trimestre de 2024. Sin embargo, el país se ha visto obligado a aceptar los precios en los mercados disponibles, incluyendo China, como resultado.
Stefan Hedlund, director de investigación en el Centro de Estudios Rusos y Euroasiáticos de la Universidad de Uppsala, cree que las cifras de crecimiento de Rusia son un espejismo nublado por el gasto en tiempos de guerra, que ha inflado artificialmente el PIB.
Economistas y expertos advierten que Rusia podría necesitar concluir su guerra en Ucrania antes de finales de 2025 para evitar una catástrofe económica. La exportación de armas de Rusia se ha derrumbado ante una mayor demanda de sus propias tropas, mientras que el país también enfrenta «inflación oculta» y limitaciones a su déficit presupuestario.
Los factores que determinarán la capacidad de Rusia para seguir vendiendo petróleo al precio necesario para sostener su máquina de guerra incluyen la transición verde, cómo Arabia Saudita aumenta agresivamente sus exportaciones de petróleo, y si Israel e Irán pueden alejarse del borde de la guerra total en Oriente Medio. Si estos factores evolucionan de manera que produzcan un colapso de los precios del petróleo equivalente al de 2014-2016, el régimen ruso podría enfrentar dificultades para financiar su economía de guerra.