En Europa, la gestación subrogada comercial está en gran parte prohibida y se la considera una forma de mercantilización del cuerpo, similar al tráfico de órganos. Solo algunos países permiten la gestación subrogada altruista altamente regulada, que limita el reembolso solo a gastos y sin compensación adicional, lo que resulta en una participación limitada. Sin embargo, la demanda de gestación subrogada está en aumento debido al retraso en la maternidad, al aumento de los desafíos médicos y al crecimiento de la formación de familias LGBTQ+. El mercado de la gestación subrogada, valorado en $14 mil millones en 2022, se proyecta que se disparará a $129 mil millones para 2032, según Global Market Insights.
Actualmente, solo algunos países europeos, como Ucrania y Grecia, permiten la gestación subrogada comercial. Estas naciones operan en un área legal gris con una supervisión mínima, lo que lleva a una industria en gran parte no regulada plagada de problemas como el tráfico de mujeres, la falsificación de documentos y transferencias de embriones falsas.
Los defensores de la reforma argumentan que las prácticas actuales descuidan el bienestar de las gestantes subrogadas. Wes Johnson-Ellis, cofundador de la organización sin ánimo de lucro My Surrogacy Journey (MSJ) del Reino Unido, asegura que las gestantes subrogadas no deberían tener que dejar a sus familias para mudarse a otro país para llevar a cabo el embarazo y ayudar a otros a construir las suyas.
“El embarazo y el parto son momentos vulnerables para las gestantes subrogadas. Necesitan tener cerca su red de apoyo y su familia para asegurarse de que son completamente respaldadas”, dice Johnson-Ellis.
MSJ frecuentemente ayuda a familias que han enfrentado circunstancias difíciles con otras agencias. Una pareja que buscaba un embarazo subrogado en Chipre creía que su gestante subrogada era chipriota. Sin embargo, ella era de Europa del Este y regresó a su país natal, donde dio a luz prematuramente según Johnson-Ellis. Trágicamente, el bebé no sobrevivió.
“Siguen luchando para que el cuerpo del bebé sea exhumado y enviado de regreso a su país de origen para un entierro adecuado”, dice Johnson-Ellis.
El auge de la gestación subrogada en las Américas está llegando a expensas de Europa. Los defensores argumentan que la prohibición de la gestación subrogada comercial en Europa limita el acceso a servicios y, irónicamente, aumenta la explotación y la coerción de las mujeres.
“Con un modelo comercial, todos saben dónde están parados”, dice Johnson-Ellis. “No hay zonas grises. Es muy claro. Y creo que con la gestación subrogada, necesitas claridad”.
En resumen, la gestación subrogada comercial continúa siendo un tema controvertido en Europa, con regulaciones dispersas y desafíos éticos y legales. Mientras tanto, la demanda sigue en aumento y las parejas buscan alternativas en América debido a sus marcos legales más establecidos y sus costos relativamente más bajos.