Las mujeres en el Reino Unido tienen cuatro veces menos probabilidades que los hombres de estar entre el 1% de los mayores ingresos en servicios financieros y profesionales, según un análisis de la London School of Economics. A pesar de décadas de esfuerzos para reducir la brecha de género en salarios y progresión profesional, esta brecha se ha ampliado ligeramente desde antes de la pandemia.
Las mujeres ocupan el 19,4% de los roles más altos en finanzas y servicios profesionales, ligeramente por debajo del promedio de tres años antes del Covid, que era del 19,7%. Sin embargo, la participación de las mujeres en el 10% más alto de los puestos fue mayor, alcanzando el 28,3%, mostrando signos de progreso al aumentar en 2,5 puntos porcentuales durante el período. El análisis de la LSE, que se basó en la Encuesta Trimestral de Fuerza Laboral del Reino Unido de enero de 2017 a junio de 2023, también encontró un cierto reequilibrio en términos de jerarquía. Las mujeres ahora representan el 37% de los altos directivos y directores en servicios profesionales y finanzas, aproximadamente el mismo porcentaje de mujeres empleadas a tiempo completo.
La persistente brecha de senioridad de género, que se ensancha a medida que se acerca a la cima de la escalera profesional, sugiere que los esfuerzos corporativos para reducirla, con todos los beneficios documentados que conlleva el acceso al talento y un pensamiento más diverso, han sido insuficientes. Las razones detrás de esto son complejas, incluyendo una importante penalización profesional para las madres pero no para los padres, prejuicios, ya sea evidentes o inconscientes, y factores sociales más amplios que desfavorecen las carreras de las mujeres, como una mayor carga promedio de tareas domésticas y responsabilidades de cuidado de niños y ancianos.
Estos factores han demostrado ser obstinados a lo largo de los años, por lo que de alguna manera la pregunta a hacerse es ¿por qué habrían mejorado, en ausencia de cambios significativos en actitudes o comportamientos? De hecho, la pandemia de COVID-19 puede haber retrocedido en términos de igualdad de género, ya que los despidos afectaron de manera desproporcionada a las mujeres.
En resumen, aunque hay indicios alentadores de una representación de género más igualitaria en roles de liderazgo intermedios y entre el 10% de los mayores ingresos en sectores relativamente dominados por hombres como finanzas y servicios profesionales, hasta que esa dinámica cambie, la brecha seguirá siendo considerable.