El martes, el gobernador republicano Glenn Youngkin firmó una orden ejecutiva que exige la implementación de una «educación libre de teléfonos celulares» en las escuelas públicas de Virginia.
Según la orden de Youngkin, la necesidad de implementar una educación sin teléfonos celulares en las escuelas públicas de Virginia K-12 es cada vez más evidente. Padres, profesionales de la salud pública, educadores y otros interesados en todo el estado expresan preocupación por la alarmante crisis de salud mental y las condiciones de salud crónicas que afectan a los adolescentes, como la depresión y la ansiedad, impulsadas en parte por el extenso uso de redes sociales y la posesión generalizada de teléfonos celulares entre los niños. La educación libre de teléfonos celulares reducirá significativamente la cantidad de tiempo que los estudiantes pueden pasar en sus teléfonos sin supervisión parental.
La orden de Youngkin indica que los burócratas estatales de salud y educación deben redactar pautas para las escuelas, incluida una definición detallada de «educación libre de teléfonos celulares», planes de implementación modelo y alternativas para que los padres se comuniquen con sus hijos cuando sea necesario durante el día escolar.
Crear un entorno de educación libre de teléfonos celulares en las escuelas públicas no solo es una medida prudente, sino esencial para promover un entorno educativo más saludable y centrado donde cada niño sea libre de aprender, según la orden.
Algunos críticos han expresado escepticismo sobre las afirmaciones generalizadas de que el uso de teléfonos celulares es la causa directa del aumento de la ansiedad y la depresión en los adolescentes. Un argumento mucho mejor puede ser que los teléfonos simplemente distraen a los estudiantes, dificultando la enseñanza.
Según el psicólogo y autor Jonathan Haidt, un estudio de 2016 encontró que el 97 por ciento de los estudiantes universitarios dijeron que a veces usan sus teléfonos durante la clase con fines no educativos. Cerca del 60 por ciento de los estudiantes afirmaron que pasan más del 10 por ciento del tiempo de clase en sus teléfonos, principalmente enviando mensajes de texto. Muchos estudios muestran que los estudiantes que usan sus teléfonos durante la clase aprenden menos y obtienen calificaciones más bajas.
La orden de Youngkin es una mejor alternativa que las leyes que imponen prohibiciones generales sobre el uso de redes sociales por menores. Aunque los cambios precisos en la política escolar aún son desconocidos, el gobierno estatal haría bien en permitir una considerable flexibilidad, otorgando a los distritos escolares individuales y a los directores la capacidad de personalizar los cambios para satisfacer mejor las necesidades de los padres y los estudiantes en sus comunidades.
Sin embargo, aún se puede tener cierto escepticismo. Virginia ha promulgado legislación anti-tecnología que limita la libertad en el pasado en nombre de proteger a los niños. Por ejemplo, Youngkin firmó el año pasado una ley que requería verificación de edad para acceder a sitios web pornográficos en el estado.
En conclusión, la implementación de una educación libre de teléfonos celulares en las escuelas públicas de Virginia es un paso importante para promover un ambiente educativo más saludable y centrado para los estudiantes. Aunque algunas dudas pueden surgir en cuanto a las intenciones detrás de esta medida, es crucial reconocer la importancia de limitar el uso de teléfonos celulares para mejorar el bienestar y el rendimiento académico de los jóvenes en el estado.