El Speedster es una palabra en el léxico de Porsche que evoca imágenes mágicas y, para aquellos afortunados que han tenido la oportunidad de conducir uno, sensaciones únicas. Esta semana en Monterey, se exhibe públicamente por primera vez un ejemplar único del Speedster de la generación 933 de 911, un diseño clásico en un brillante color amarillo construido por el diseñador milanés Luca Trazzi y el exclusivo equipo Sonderwunsch de Porsche, basado en un 911 Carrera Cabriolet de 1994.
Existen Speedsters y existen Speedsters, pero hasta ahora, solo se han producido un par de Speedsters 911 993, propiedad del diseñador del 911 Ferdinand Alexander Porsche y del comediante Jerry Seinfeld. El modelo de Trazzi, el tercero hasta la fecha, incluye una característica distintiva, la capota fija que se sitúa en la parte trasera donde normalmente se encontrarían los asientos.
La pintura personalizada llamada Otto Yellow (nombre del perro de Trazzi) y las llantas negras de 18 pulgadas con un borde amarillo a juego embellecen el exterior. El interior está dominado por cuero negro con costuras decorativas en amarillo. Los reposacabezas cuentan con un logo bordado de Speedster. Los centros de los asientos, que presentan un diseño a cuadros en amarillo y negro, ofrecen un punto de atracción visual para el interior. Los respaldos de los asientos son de fibra de carbono.
Porsche mejoró la mecánica del Speedster de Trazzi durante el proceso. El motor, chasis, dirección y sistema de frenos son del 911 Carrera RS (Tipo 993). En ese momento, el motor boxer de seis cilindros refrigerado por aire era el motor más potente de Porsche, con una cilindrada de 3.8 litros generando alrededor de 300 caballos de fuerza.
El diseñador no descuidó los detalles tecnológicos. Agregó faros LED y una unidad principal compatible con Apple CarPlay que Porsche creó recientemente para modelos clásicos.
Explicando su obsesión con este automóvil, Trazzi dijo: “Al principio miré alrededor pero no pude encontrar el automóvil de mis sueños. Así que decidí construirlo yo mismo. Cuando era niño, me enamoré perdidamente del purista Porsche Speedster. Tuve que trabajar muy duro para poder permitirme mi primer Porsche, un Speedster 1600 Super de 1955. Desde entonces, he logrado vivir mi pasión, o más precisamente, mi manía por los Speedsters.”