Líderes de dos de los sindicatos más grandes del Reino Unido han intensificado la presión sobre el gobierno en relación a su plan de recortar los pagos de calefacción invernal para millones de pensionistas en Inglaterra y Gales. Unite y el sindicato PCS han criticado la propuesta, mientras que Paul Nowak, jefe del Congreso de Sindicatos (TUC), instó al gobierno a «reconsiderar» la medida.
Este debate se produce en un contexto donde el primer ministro, Sir Keir Starmer, enfrenta la posibilidad de una rebelión en una votación en la Cámara de los Comunes, prevista para el martes, si los diputados laboristas se niegan a apoyar la política. Starmer ha defendido el recorte, afirmando que es necesario debido a la situación financiera del país.
El cambio significará que más de 10 millones de pensionistas dejarán de recibir los pagos anuales, que oscilan entre £200 y £300, y que ahora solo serán otorgados a quienes tengan ingresos bajos y reciban ciertos beneficios. Aunque esta medida busca enfocarse en los más necesitados, preocupa que aquellos con ingresos relativamente bajos queden excluidos del beneficio.
La gran mayoría de los pensionistas elegibles solo recibirán los pagos si han reclamado primero el crédito de pensión, una ayuda que complementa la pensión estatal. Se estima que 880,000 pensionistas elegibles no han reclamado este beneficio, lo que podría dejarlos sin la ayuda adicional para cubrir los costos de calefacción durante el invierno.
Sharon Graham, secretaria general de Unite, expresó en la BBC que el gobierno debería ser lo «suficientemente grande y valiente» como para admitir su error. Desde la conferencia anual del TUC en Brighton, Graham sugirió que el gobierno estaba dejando «intactos a los más ricos» y pidió la introducción de un impuesto sobre la riqueza para mejorar las finanzas públicas.
Paul Nowak, del TUC, expresó su preocupación por el impacto de la prueba de medios para los pagos de calefacción invernal y aunque no llegó a pedir la reversión de la medida, solicitó más apoyo para los pensionistas.
Fran Heathcote, líder del sindicato PCS, insinuó que podría haber acción industrial si el gobierno continúa con sus recortes, advirtiendo que los sindicatos que representan a trabajadores de bajos ingresos podrían tomar medidas drásticas.
El gobierno ha defendido la política, con el ministro de Finanzas, Rachel Reeves, afirmando que el recorte es necesario para cubrir un déficit de £22 mil millones en las finanzas públicas, un cálculo que los conservadores han cuestionado. No obstante, algunos diputados laboristas han instado al gobierno a reconsiderar la propuesta, y hasta 50 parlamentarios podrían rebelarse absteniéndose en la votación del martes.
A pesar de las crecientes críticas y la posible rebelión interna, el recorte tiene asegurada su aprobación debido a la amplia mayoría parlamentaria del gobierno.