El líder laborista Sir Keir Starmer no puede obviar a Bruselas mientras busca mejorar los lazos post-Brexit del Reino Unido con la UE, advierten funcionarios del bloque después de las visitas del primer ministro británico a Berlín y París.
En los últimos días, Starmer se reunió con el canciller alemán Olaf Scholz y el presidente francés Emmanuel Macron en la última ola de diplomacia con líderes de la UE desde que asumió Downing Street el mes pasado. Durante la gira de dos días, destacó su propuesta de «restablecimiento» del Reino Unido-UE y enfatizó su deseo de «una relación más estrecha en varios frentes, incluida la economía, la defensa y los intercambios».
Sin embargo, también reiteró sus líneas rojas sobre el Brexit, que incluyen la no reentrada del Reino Unido al mercado único de la UE o a la unión aduanera, así como el retorno de la libre circulación.
Dentro de estos límites estrictos, diplomáticos de la UE dijeron que hay poco margen para mejorar los lazos con el Reino Unido. Los estados miembros de la UE tenían cierto margen de maniobra para permitir un acceso más fácil a trabajadores y estudiantes británicos y para la colaboración industrial, según un diplomático.
«Pero solo puedes lograr un restablecimiento yendo a Bruselas. Las líneas rojas no han cambiado. Algo necesita ceder en el lado del Reino Unido si quiere restaurar la relación», añadieron.
Se espera que Starmer se reúna con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, antes de que termine el año. La ambición principal de la UE con respecto al Reino Unido es un programa de movilidad juvenil, con una propuesta presentada por el bloque en abril.
Esta semana, Starmer dijo que «no tiene planes» de negociar un esquema formal de movilidad juvenil, pero no descartó explícitamente iniciar conversaciones sobre uno en el futuro.
Las demandas específicas de Labour con respecto a la UE incluyeron un acuerdo veterinario, un acuerdo sobre el reconocimiento mutuo de cualificaciones profesionales y una mayor facilitación para que los artistas británicos puedan hacer giras dentro del bloque, propuestas que fueron criticadas como poco ambiciosas.
Menon agregó que la relación entre el Reino Unido y la UE está en juego y que es demasiado pronto para ver cómo podría conducir a un cambio sustancial en la relación.
En resumen, Starmer debe comprometerse con Bruselas si realmente desea mejorar los lazos con la UE después del Brexit, y las líneas rojas actuales del Reino Unido limitan la capacidad de avanzar en la relación. La clave será encontrar un equilibrio entre las demandas del Reino Unido y las expectativas de la UE para garantizar una asociación constructiva y mutuamente beneficiosa en el futuro.