Si los activistas climáticos radicales saben hacer algo, es interrumpir eventos no relacionados y ser extremadamente molestos. Afortunadamente para esta orquesta polaca, su director fue lo suficientemente inteligente como para no permitir sus acciones en el escenario.
Un hermoso concierto estaba teniendo lugar en la Filarmónica Nacional de Varsovia, Polonia, cuando dos extremistas climáticos irrumpieron en el escenario para interrumpir la actuación. Según Polish Opera Now, la pareja de lunáticos comenzó a gritar irracionalmente que «el mundo se está quemando» y exigían una «inversión radical en transporte público». También sostenían un cartel en el escenario que decía «Última Generación», pero no pudieron exhibirlo por mucho tiempo.
El director de la orquesta se volteó mientras la pareja comenzaba a hablar, y les arrancó el cartel mientras la música continuaba. Ambos intentaron sostener el cartel lo mejor que pudieron, pero al parecer los dos jóvenes no eran rival para un anciano enojado.
Esta acción pareció quitarles la energía a los activistas, ya que el público aplaudió al director por quitarles a los alborotadores climáticos su pancarta. Ambos activistas fueron escoltados por seguridad poco después.
Se hizo una publicación en la cuenta de Instagram del grupo donde aplaudieron las ridículas acciones de los dos manifestantes, publicando el mensaje de uno de ellos que gritó en el evento. También afirmaron que «Ambas personas fueron identificadas por la policía. Están preparadas para las posibles consecuencias.»
Momentos como estos continúan demostrando que estos activistas extremistas tienen poco apoyo público, siendo aplaudidos únicamente dentro de sus propias cámaras de eco. Quizás si se enfocaran en protestar contra el gobierno, que tiene el poder de efectuar cambios, la gente sería más simpática con sus causas.
Pero desafortunadamente, si su movimiento se basa en interrumpir eventos culturales y molestar a las personas que intentan llevar sus vidas, es poco probable que la mayoría de la gente preste atención a la causa. En cambio, actos como los ocurridos en el concierto solo sirven para dañar la reputación y la causa de estos individuos. Ahora, sus creencias están negativamente asociadas con la interrupción y la ira en lugar de un cambio significativo.
Por supuesto, sus movimientos nunca han dependido de la lógica o la razón, por lo que tiene sentido que estos grupos se involucren en actos como estos. En el lado positivo, al menos hay personas como el director que no temen enfrentarse a estos manifestantes que están felices de molestar a los demás.
Este artículo apareció originalmente en The Western Journal.