El polémico homenaje a Ray Rice, un ex corredor de la NFL que puso fin a su carrera después de asaltar a su entonces prometida, está generando un amplio debate.
El equipo de los Baltimore Ravens ha decidido honrar a Rice como el «Legend of the Game» en un juego próximo. Esta decisión ha generado críticas y ha puesto en tela de juicio la ética y valores del equipo.
Ray Rice fue arrestado y acusado de violencia doméstica, luego de que en un video se le viera golpeando brutalmente a su esposa en un ascensor. Sin embargo, el equipo ha optado por destacar al jugador por su desempeño en el campo, ignorando su turbio pasado.
Esto no es algo nuevo para los Ravens. Anteriormente, también han glorificado a otros jugadores con problemas legales, como Ray Lewis, quien enfrentó cargos de asesinato que posteriormente fueron retirados, y Jamal Lewis, que cumplió una condena en prisión por intentar organizar un tráfico de drogas.
Esta polémica ha puesto en duda el llamado «cláusula del carácter» del equipo, que supuestamente debería regir la selección de sus homenajeados. Esta decisión ha suscitado un debate sobre la ética en el deporte y la responsabilidad de los equipos de la NFL en promover figuras controvertidas. ¿Debe el pasado de un jugador manchar su legado en el deporte? Este homenaje abre un importante debate sobre la relación entre el comportamiento personal y los logros deportivos.