La Unión Europea (UE) ha introducido una nueva e innovadora ley para regular la inteligencia artificial (IA), convirtiéndola en la primera de su tipo en todo el mundo. Esta legislación tiene como objetivo fomentar la innovación en Europa y, al mismo tiempo, frenar posibles abusos de la tecnología de inteligencia artificial.
«La Ley de IA entra en vigor», anunció Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, en la plataforma de redes sociales X. La describió como «el marco pionero de Europa para una IA innovadora y segura», y expresó su confianza en que las nuevas regulaciones promoverán el desarrollo de una IA en la que los europeos puedan confiar.
Von der Leyen enfatizó que la ley apoyará a las pequeñas y medianas empresas (PYME) y a las nuevas empresas de toda Europa, ayudándolas a llevar al mercado soluciones de inteligencia artificial de vanguardia. Si bien la mayor parte de la legislación se aplicará a partir de 2026, algunas disposiciones serán vinculantes ya el próximo año.
Control humano e IA en Europa
La ley adopta un enfoque «basado en el riesgo», imponiendo regulaciones a varios sistemas de IA proporcionales a los peligros potenciales que representan para la sociedad. Los sistemas que presenten solo un riesgo limitado estarán sujetos a obligaciones mínimas de transparencia, mientras que los sistemas de alto riesgo (como los utilizados en infraestructura crítica, educación, recursos humanos o aplicación de la ley) enfrentarán requisitos más estrictos antes de ser aprobados.
Estos requisitos incluirán la supervisión humana, la creación de documentación técnica y la implementación de un sistema de gestión de riesgos. Las prohibiciones bajo la nueva ley serán raras y se centrarán en aplicaciones que entren en conflicto con los valores europeos, como los sistemas de puntuación ciudadana y las tecnologías de vigilancia masiva utilizadas en China.
El nuevo reglamento fue adoptado por los 27 estados miembros de la UE el 21 de mayo, tras su aprobación por el Parlamento Europeo por amplia mayoría. Los legisladores de la UE llegaron a un acuerdo sobre esta legislación en diciembre después de difíciles negociaciones, y algunos países como Francia expresaron su preocupación de que regulaciones demasiado estrictas pudieran obstaculizar el crecimiento de este sector.