La vuelta a la oficina en Londres ha sido más lenta que en otras ciudades globales, según una nueva investigación que sugiere que los empleadores en la capital del Reino Unido deberían subsidiar los desplazamientos en lugar de pagar por privilegios.
El think tank Centre for Cities afirmó que, de las seis ciudades donde había encuestado a empleados y empleadores, el centro de Londres tenía la segunda menor asistencia a las oficinas, con empleados a tiempo completo pasando un promedio de solo 2.7 días a la semana en el sitio en la primavera de 2024, aunque esto representó un aumento respecto a los 2.2 días del año anterior.
A pesar de que esta cifra era similar a la de ciudades como Sídney y Toronto, contrastaba con un promedio de 3.1 días a la semana en el distrito financiero de Nueva York y 3.5 días en París, líder global en este aspecto.
Más de una cuarta parte de los trabajadores en Londres solo van a la oficina una o dos veces por semana, con solo el 62 por ciento asistiendo al menos tres días, en comparación con el 80 por ciento de los parisinos.
El costo de los desplazamientos es uno de los mayores factores que impulsan esta diferencia, según encontró el Centre for Cities, con más del 40 por ciento de los trabajadores de Londres citando el ahorro en sus desplazamientos diarios como una razón clave para trabajar desde casa.
Se ha abierto una brecha entre los trabajadores más jóvenes que viven cerca del centro de la ciudad, quienes tienden a estar en la oficina con más regularidad, y los trabajadores mayores que viven en las afueras, quienes aún se muestran renuentes a viajar.
El think tank señaló que esto sugiere que los empleadores harían mejor en redirigir cualquier dinero destinado a reformas de oficinas y privilegios hacia la subsidiación de los desplazamientos, como ya están legalmente obligados a hacer los empleadores parisinos.
Pero en todas las ciudades, incluida Londres, los empleadores podrían imponer mandatos de oficina más estrictos de lo que hacen actualmente sin llevar a los empleados a buscar otras oportunidades laborales, según el think tank.
Menos de uno de cada diez trabajadores en Londres dijo que buscaría otro empleo si su empleador les pidiera que vinieran a la oficina con más regularidad, mostró la encuesta del think tank, a pesar de que casi dos quintos de los empleadores afirmaron no atreverse a imponer más días de oficina por miedo a que los empleados renuncien.
Rob Johnson, autor del informe del Centre for Cities, dijo que la reciente debilidad en la contratación de empleados de cuello blanco podría ser una de las razones por las cuales los empleadores que adoptan una línea dura parecen no perder empleados, pero que sea cual sea la explicación, los empleadores «no deberían alejarse [de mandatos más estrictos] basándose en temores exagerados».
El think tank argumenta que aumentar la asistencia a la oficina debería ser un objetivo para los responsables de políticas, ya que investigaciones económicas anteriores han demostrado que existen beneficios para la productividad al tener trabajadores altamente cualificados agrupados donde puedan intercambiar ideas y conocimientos a través del contacto cara a cara.
Pero otros economistas señalan que no hay evidencia clara de que los arreglos de trabajo híbridos tengan un gran impacto en la productividad en ninguna dirección. Nick Bloom, profesor de la Universidad de Stanford que ha liderado investigaciones en el ámbito del trabajo híbrido, argumenta que ayuda a la retención del personal sin perjudicar el rendimiento.
En resumen, la investigación del Centre for Cities destaca la importancia de encontrar un equilibrio entre la presencia en la oficina y el trabajo remoto, sugiriendo que los empleadores en Londres podrían beneficiarse de invertir en la subsidiación de los desplazamientos para promover una mayor asistencia a la oficina. A pesar de las preocupaciones de los empleadores, la evidencia sugiere que imponer mandatos de oficina más estrictos podría no resultar en la pérdida de empleados, y que fomentar una mayor colaboración y transferencia de conocimiento en un entorno laboral presencial sigue siendo fundamental para impulsar la productividad y el crecimiento económico a largo plazo.