Una campaña ha surgido ahora contra las pequeñas empresas conocidas como MIPYMES, donde los cubanos solo pueden comprar con dólares, y todo es muy caro. Sin embargo, al menos en estas tiendas, los cubanos no están sometidos a esperas bajo el sol para comprar alimentos básicos y productos como jabón y papel higiénico.
Para las personas de Cuba que siguen sufriendo la escasez de medicamentos y artículos de primera necesidad, estas pequeñas tiendas al menos proporcionan un suministro estable de productos.
Desde una perspectiva económica, es un error controlar los precios de las MIPYMES porque las empresas privadas no operan como las estatales, y no deberían ser multadas por ajustar sus precios según sea necesario. Pero está claro que aquellos que no tienen acceso a dólares dependen del estado para su alimentación.
El resultado de esta nueva opresión es el desencanto de los inversores extranjeros que podrían querer llevar dinero al país e invertir en la isla con su propio capital. Pero los cubanos también seguirán abandonando la isla en cuanto puedan.
Los intentos implacables del marxismo por manipular el sector privado nunca conducen al crecimiento o la prosperidad. Por el contrario, ahogan la iniciativa empresarial, desalientan la inversión y empobrecen a la población.
El gobierno ha desplegado un ejército de inspectores y funcionarios dedicados a la supervisión, sin embargo, insiste en que esta no es una guerra contra las pequeñas empresas. Lo que es seguro es que han levantado resistencia a estas pequeñas tiendas, donde los dólares no pasan por las manos del régimen comunista, controlador y opresor que está en el poder. Los propietarios de pequeñas empresas son conscientes de que representan una amenaza para la dictadura, ya que una gran parte de los dólares que entran en la isla escapan a su control.
Un economista llamado Gustavo… cree que «cuando las medidas del gobierno se analizan fríamente, es imposible encontrar algún tipo de lógica económica o incluso política. Casi todas estas regulaciones son contraproducentes. A corto plazo, habrá una escalada inflacionaria. Lo sensato sería tener medio millón o un millón de MIPYMES. Los actuales once mil son demasiado pocos, una cifra simbólica. Hay un error conceptual: las empresas privadas, debido a los magros salarios de los empleados del sector estatal y los pensionistas, no están diseñadas para satisfacer la demanda de las personas de bajos ingresos, que son la mayoría de los cubanos.»
«Es difícil entrar en un mercado privado y ver una tienda con aire acondicionado, limpia, con productos importados de mucha más calidad y diseño que los disponibles para la población a través de la libreta de racionamiento, y no poder comprar. Las MIPYMES no son las tiendas estatales del barrio. El gobierno debe recordar que el sector privado gestiona sus negocios con su propio dinero, no con fondos públicos. Estas políticas desalientan futuras inversiones extranjeras e inversiones de los cubanos en el extranjero. Además, la falta de un suministro sostenible de bienes y servicios reducirá aún más el poder adquisitivo de los empleados estatales y los jubilados, aumentará los precios y los cubanos seguirán emigrando.»
«Lo correcto, para detener la crisis de varios sistemas e inflación, sería reducir impuestos para que las empresas privadas puedan florecer, permitir que las empresas extranjeras paguen a sus trabajadores directamente y privatizar las más de 300 empresas estatales ineficientes. Y, sobre todo, reducir el enorme aparato burocrático del Estado», concluye el economista.
Los principales artículos sobre las MIPYMES y las entrevistas originales a propietarios de negocios privados se pueden encontrar en diferentes sitios como directoriocubano.info, eldebate.com y diariolasamericas.com.
Flor Elena Robledo es una periodista y comunicadora con experiencia en «Sábado Gigante» y Univision, destacándose en comunicación pública y traducción simultánea. Ha enseñado periodismo, entrevistado a figuras públicas y trabajado en TUVU y MegaTV, alcanzando millones de vistas con sus historias. Posee un título en Periodismo de Radiodifusión de la Florida International University y estudios de posgrado en Periodismo en Español.