La confianza del consumidor sigue disminuyendo debido a la ansiedad por la inflación de los compradores estadounidenses.

La confianza del consumidor sigue disminuyendo debido a la ansiedad por la inflación de los compradores estadounidenses.

El sentimiento del consumidor en Estados Unidos cayó en junio por tercer mes consecutivo, ya que los estadounidenses tienen una visión más sombría de sus finanzas y se preocupan por la inflación persistente.

El índice de sentimiento del consumidor de la Universidad de Michigan, publicado el viernes en su versión preliminar, cayó a 65.6 este mes desde una lectura final de 69.1 en mayo. La lectura de junio es aproximadamente un 30% más alta que el mínimo alcanzado en junio de 2022, cuando la inflación alcanzó su nivel más alto en cuatro décadas, pero aún está por debajo de los niveles típicamente asociados con una economía saludable. La perspectiva de los consumidores ha sido generalmente sombría desde la pandemia y especialmente después de que la inflación se disparara por primera vez en 2021.

El gasto de los consumidores es un impulsor crucial del crecimiento. El sentimiento amargo sobre la economía también está afectando la campaña de reelección del Presidente Joe Biden.

El índice de la Universidad de Michigan aumentó el pasado invierno y primavera, alcanzando un máximo reciente de 79.4 en marzo y generando esperanzas de que los compradores estadounidenses estaban adoptando una visión más optimista de la economía a medida que la inflación se desvanecía. Sin embargo, esas ganancias se han revertido ahora, ya que la inflación ha seguido siendo obstinadamente alta en los primeros tres meses de este año.

Los datos publicados esta semana, sin embargo, muestran que la inflación se enfrió considerablemente en mayo, ya que el costo de la gasolina, los autos nuevos e incluso el seguro de auto disminuyeron.

El gasto del consumidor es observado de cerca por la Reserva Federal y los economistas, ya que impulsa la mayor parte de la actividad económica en Estados Unidos. Los consumidores gastaron a un ritmo saludable en los primeros tres meses del año, sosteniendo una economía que de lo contrario se desaceleró en el primer trimestre. El gasto se desaceleró en abril, después de ajustarse por inflación, aunque los estadounidenses siguen gastando en viajes, restaurantes, conciertos y eventos deportivos.

En conclusión, el sentimiento negativo de los consumidores en Estados Unidos puede tener un impacto significativo en la economía y en el panorama político. Aunque la inflación haya mostrado signos de enfriamiento, es importante monitorear de cerca cómo evoluciona el gasto de los consumidores en los próximos meses.