Por primera vez, un satélite ha maniobrado lo suficientemente cerca como para fotografiar y navegar alrededor de uno de los 2.000 cohetes usados que orbitan la Tierra. Este logro histórico se produce 67 años después del lanzamiento del primer satélite artificial, el Sputnik soviético, en 1957. Hoy en día, más de 131 millones de piezas de desechos espaciales, de tamaños que varían entre 1 milímetro y 10 centímetros, orbitan alrededor de nuestro planeta, según el informe europeo Agencia Espacial. Los objetos más grandes, como los más grandes que una pelota de softbol (30 centímetros de circunferencia), suman más de 30.000, y entre ellos, alrededor de 2.000 son cohetes grandes e intactos de misiones espaciales pasadas.
Hasta ahora, no se había desplegado ningún satélite para examinar de cerca el aspecto de estos cohetes usados después de años de orbitar la Tierra. Esta misión marca el primer paso hacia el desarrollo de un sistema para sacar de órbita de forma segura estos objetos peligrosos.
En febrero, la empresa japonesa Astroscale lanzó un pequeño satélite a la órbita terrestre baja a bordo de un lanzador Rocket Lab. Unos meses más tarde, el satélite, bautizado ADRAS-J (Active Debris Removal by Astroscale-Japan), alcanzó la ubicación de un cohete japonés que ha estado en órbita durante más de 15 años.
Estas etapas de cohetes gastadas se consideran el tipo de basura espacial más peligrosa debido a su tamaño y al riesgo potencial que suponen, ya que aún pueden contener propulsor y energía eléctrica que podrían provocar explosiones mucho después de que hayan finalizado sus misiones.
ADRAS-J logró fotografiar la etapa superior del cohete H-IIA desde varios cientos de metros de distancia antes de retirarse. Esta imagen fue la primera fotografía publicada públicamente de desechos espaciales capturados por otra nave espacial mediante operaciones de encuentro y proximidad (RPO).
Desde entonces, Astroscale ha ejecutado maniobras más complejas alrededor del H-IIA, que ha estado orbitando la Tierra desde que desplegó un satélite japonés de investigación climática en enero de 2009. El mes pasado, Astroscale intentó un sobrevuelo de 360 grados del H-IIA, pero el La maniobra se canceló de forma autónoma después de que la nave espacial detectara una anomalía.
Tras permanecer a una distancia segura durante varias semanas, los ingenieros del satélite ADRAS-J identificaron la causa de la anomalía. Este mes, ADRAS-J volvió a encender sus propulsores para acercarse una vez más a la etapa superior del cohete. El satélite ADRAS-J tiene aproximadamente el tamaño de un horno de cocina, mientras que el cohete H-IIA que está visitando es casi tan grande como un autobús urbano.