El sábado, la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen, viajó a la desembocadura del río Amazonas, presentando la idea de que la lucha contra el cambio climático fortalecería el crecimiento económico en la región y en todo el mundo.
Según Yellen, el cambio necesario para reducir las emisiones de carbono es «la mayor oportunidad económica del siglo XXI». En una conferencia en Belén, Brasil, después de reunirse con ministros de finanzas de la región amazónica, Yellen mencionó la necesidad de una inversión anual de $3 billones hasta 2050, la cual «puede ser utilizada para apoyar caminos hacia un crecimiento sostenible e inclusivo, incluso para países que históricamente han recibido menos inversión».
El evento fue organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo como parte de su iniciativa Amazonia Forever, que busca apoyar la reducción de carbono, la protección de la vida silvestre y la biodiversidad, a la vez que protege empleos y la actividad económica en ocho países sudamericanos.
Además, la iniciativa forma parte de un cambio impulsado por Yellen en los bancos de desarrollo globales para asumir proyectos multinacionales. El Banco Mundial y sus contrapartes regionales han concentrado tradicionalmente sus esfuerzos en el desarrollo de un solo país.
Antes del evento, Yellen anunció el lanzamiento de la Iniciativa de la Región Amazónica contra la Financiación Ilícita, un programa destinado a interrumpir la financiación de actividades criminales que causan daño ambiental o a la vida silvestre en la región.
La región amazónica ha experimentado un alarmante grado de deforestación debido a la expansión agrícola y a la tala, poniendo en peligro su capacidad de absorber dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero.
Belém, conocida como la puerta de entrada al Amazonas, está programada para albergar la conferencia anual sobre cambio climático de las Naciones Unidas en 2025, conocida como COP30.
En resumen, la intervención de Yellen en la región amazónica resalta la importancia de abordar el cambio climático como una oportunidad económica y sostenible para el crecimiento de la región y del mundo en su conjunto. La inversión en la reducción de emisiones de carbono no solo ayuda a proteger el medio ambiente, sino que también puede impulsar la economía y promover un desarrollo inclusivo y sostenible.