El negocio espacial y los mercados públicos no son, tal vez, una combinación ideal. Consideremos la muy esperada salida a bolsa de Starlink. La compañía privada más valiosa de Estados Unidos es SpaceX, de Elon Musk, y su impulsor de ingresos más grande es, de lejos, Starlink, que ofrece conexiones de banda ancha en todo el mundo a través de una constelación de satélites de órbita terrestre baja.
Pero Musk no tiene prisa por escindir Starlink, a pesar de la emoción que genera la idea. ¿Una de las razones principales? Las ventajas de ser una empresa privada frente a una pública.
«En SpaceX, nunca pensamos en el trimestre. Nunca lo pensamos, y no pensamos en el precio de las acciones», dijo Musk esta semana durante un evento organizado por la directora ejecutiva de ARK Investment Management, Cathie Wood.
Como bien sabe por liderar Tesla, hay «una inmensa presión en una empresa pública para no tener un mal trimestre. Entonces, esto puede resultar en una operación menos eficiente, donde se pone mucho esfuerzo al final de un trimestre para no decepcionar a la gente».
La ventaja de SpaceX
Al preguntársele si puede asumir riesgos más apropiados con SpaceX que con Tesla porque el primero es privado, Musk respondió: «Absolutamente».
SpaceX se ha convertido rápidamente en el proveedor de lanzamientos dominante, y Starlink está muy por delante de sus futuros rivales, en especial el Proyecto Kuiper de Amazon. La empresa ha iniciado conversaciones para vender acciones internas a un precio que sitúa su valoración cercana a los 180.000 millones de dólares, informó Bloomberg el 12 de diciembre.
Las especulaciones sobre el momento de la salida a bolsa de Starlink van desde finales de 2024 hasta 2027, aunque el mes pasado Musk negó que vaya a suceder el próximo año. En enero, el capitalista de riesgo Chamath Palihapitiya predijo que Starlink saldría a bolsa este año y que su valoración sería «al menos la mitad del valor actual de SpaceX», que en ese momento era de aproximadamente 150.000 millones de dólares.
Los ingresos de Starlink aumentaron de 222 millones de dólares en 2021 a 1.400 millones el año pasado, según informó el Wall Street Journal en septiembre. Pero eso es poco teniendo en cuenta que hace ocho años SpaceX proyectó 12.000 millones de dólares en ingresos en 2022. El mes pasado, Musk anunció que Starlink había logrado un flujo de caja neutro.
Starlink tiene más de 5.000 satélites en operación y el servicio ha superado los 2 millones de usuarios activos, según SpaceX; mientras tanto, el popular minorista Costco recientemente comenzó a vender sus receptores.
Pero, dijo Musk esta semana, «no creo que valga la pena salir a bolsa hasta que tenga quizás un flujo de ingresos extremadamente estable y predecible. En ese momento, salir a bolsa es menos problemático porque simplemente no tendrás estas grandes fluctuaciones».
Musk no tiene problemas para atraer a los capitalistas de riesgo para que inviertan en SpaceX dada su trayectoria, y los acoge. «Si otros están dispuestos a invertir a un determinado valor…es una evaluación externa del valor de la empresa», señaló el hombre más rico del mundo.
Llevar satélites al espacio, por supuesto, es increíblemente caro, y la recompensa puede llevar tiempo.
Musk reconoció las ventajas de Tesla al salir a bolsa, siendo la más obvia la mayor disponibilidad de capital. También ayudó a la fabricante de automóviles a limpiar su estructura de capital, que era «demasiado compleja como empresa privada», añadió.
Pero, dijo, «también ha sido una tremenda distracción en el lado negativo».
En SpaceX, en cambio, Musk y la empresa han flotado en gran medida por encima de esas distracciones terrenales.
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