En una victoria rápida y decisiva el lunes por la noche, Donald Trump emergió como el ganador de las asambleas de Iowa, consolidando su posición como el favorito para la nominación presidencial del Partido Republicano. Este resultado marca un giro significativo de los acontecimientos, considerando que hace apenas tres años, muchos republicanos estaban considerando alejarse de Trump debido a su papel en incitar la insurrección del 6 de enero de 2021.
A pesar de las dudas iniciales y los desafíos, Trump superó a sus rivales más cercanos, Ron DeSantis y Nikki Haley. Esta victoria subraya su dominio continuo dentro del partido, preparando el escenario para la próxima primaria de Nuevo Hampshire, donde Trump disfruta de una ventaja sustancial en las encuestas.
La declaración rápida de la victoria de Trump en Iowa destacó el grado en que él y su estilo político se han vuelto sinónimos del Partido Republicano moderno. Los respaldos de Trump por parte de la mayoría de los republicanos en el Congreso, incluidos los líderes clave del partido, junto con su impresionante recaudación de fondos, han solidificado aún más su estatus como una figura del establecimiento.
Scott Jennings, una figura destacada en el Partido Republicano, enfatizó la posición arraigada de Trump, diciendo: «Ha sido nominado dos veces y está en camino a una tercera nominación. En algún momento, ya no eres un forastero».
Este giro de eventos contrasta fuertemente con el panorama político el 7 de enero de 2021, cuando parecía improbable que una figura implicada en el ataque al Capitolio permaneciera como líder central de un importante partido político. Las maniobras políticas estratégicas de Trump, junto con el ingenio de su campaña, han desempeñado un papel crucial en cambiar la narrativa.
A medida que la atención se centra en Nuevo Hampshire, los funcionarios del Partido Republicano sugieren que una victoria allí podría poner fin efectivamente a la carrera primaria. Matt Mowers, un operativo del Partido Republicano, comentó: «Si Donald Trump gana en Nuevo Hampshire, sería difícil imaginar que pierda en cualquier otro lugar».
Los aliados de Trump no perdieron tiempo y pidieron que el partido omitiera Nuevo Hampshire y avanzara directamente hacia las elecciones generales. Donald Trump Jr. y el ex presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, afirmaron que la victoria de Trump en Iowa prácticamente aseguró su nominación.
La campaña de Trump invirtió estratégicamente en involucrar a los votantes republicanos durante las batallas legales y optó por un enfoque de campaña más localizado, alejándose de los grandes mítines. El establecimiento de un sólido juego de base en Iowa, que involucra a voluntarios locales y eventos de «Compromiso con las Asambleas», desempeñó un papel crucial en el éxito de Trump.
El deseo de venganza del candidato después de su derrota en Iowa en 2016 también alimentó su determinación por ganar. La inversión personal de Trump en el estado fue evidente, y buscó desafiar a la jerarquía del partido en Iowa que no lo había aceptado completamente.
La victoria en Iowa coloca a Trump en una posible revancha en las elecciones generales con Joe Biden, donde el enfoque probablemente estará en el pasado de Trump en el cargo. La campaña de reelección de Biden tiene como objetivo retratar a Trump como una amenaza para la democracia, mientras que Trump sigue expresando abiertamente su deseo de regresar al poder y perseguir a aquellos que considera opositores políticos.
A medida que Trump se dirige a sus seguidores, prometiendo limpiar lo que percibe como corrupción y mala conducta, queda por ver cómo resonarán estos comentarios en el contexto más amplio de unas elecciones generales. Sin embargo, para la campaña primaria, han demostrado ser efectivos para movilizar a los votantes a su favor.
En conclusión, el temprano triunfo de Trump en Iowa prepara el escenario para una batalla por la nominación republicana emocionante y muy observada, con todas las miradas ahora puestas en la crucial primaria de Nuevo Hampshire.