Con menos de un mes para las elecciones presidenciales de EE. UU., podrías pensar que la fiebre electoral está en su apogeo entre los CEOs europeos con una gran presencia en Estados Unidos.
Pero cuando le pregunté al presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, ayer si estaba preocupado por el futuro de sus inversiones multimillonarias en energía eólica mar adentro en EE. UU. si Donald Trump volviera a ser presidente, el líder de la tercera utility más grande del mundo se mostró notablemente imperturbable.
«Ya hemos estado con Trump antes», dijo. «No es algo nuevo para nosotros.»
Esperaba una perspectiva más preocupada de Galán, cuya empresa sufrió críticas públicas en Massachusetts este verano después de que un molino de viento de GE que estaba a punto de comenzar a operar pronto, se rompiera y cayera al mar. Los titulares negativos coincidieron con la campaña de Trump repitiendo afirmaciones desacreditadas de que los molinos de viento están «matando a nuestras aves» y que las granjas eólicas mar adentro están volviendo «locas» a las ballenas.
Independientemente del resultado de las elecciones, Iberdrola, una empresa de la Fortune Global 500, espera duplicar sus inversiones en energías renovables en EE. UU., según me dijo Galán. Esto se debe en gran parte a la «previsibilidad» a largo plazo que trajo la Ley de Reducción de la Inflación, pero también porque la anterior presidencia de Trump ladró pero no mordió en los desarrollos de energías renovables.
«Cuando Trump llegó, se mantuvo el apoyo [de la era de Obama] [a las energías renovables]», dijo.
Otra razón por la que Galán minimiza la repercusión del resultado de las elecciones presidenciales podría deberse a que los fundamentos económicos, más que los llamamientos políticos, están impulsando las decisiones de inversión extranjera directa europea en EE. UU. Para Iberdrola, según Galán, la necesidad de modernizar la antigua red eléctrica de América es lo que impulsa el 80% de la presencia de la empresa en EE. UU., no las energías renovables.
O, para decirlo de forma contundente: con los grandes centros de datos que requieren cada vez más energía, y la electrificación del sector energético que continúa sin disminuir, a Iberdrola le preocupa más hacer que la red de América sea grande de nuevo que «Hacer a América grande de nuevo».
Con las condiciones económicas en Europa sombrías, otros ejecutivos europeos podrían seguir el enfoque pragmático estadounidense de Galán, sea quien sea que suceda a Biden en enero.
Para satisfacer al lector y garantizar una buena experiencia al finalizar el artículo, es fundamental reafirmar la importancia de las decisiones económicas más que de las políticas, así como resaltar el enfoque pragmático de Galán en cuanto a las inversiones en energías renovables en EE. UU. Esto asegura que el lector comprenda la relevancia de las inversiones estratégicas en un mercado cambiante y en constante evolución.