No importa cómo terminó la temporada de Jordan Love, fue un éxito total. Se puso en posición de asegurar su futuro con Green Bay esta temporada, destrozó a los Dallas Cowboys con una actuación de 3 touchdowns en su debut en playoffs, y fue una historia generalmente positiva a pesar del amargo final. Pero Love viene con una advertencia que fue prefigurada en el último partido de la temporada de los Packers. En el momento culminante de la temporada tanto de él como de los Packers, Love volvió a su forma primordial. Perdiendo 24-21 contra los San Francisco 49ers con un minuto y algo por jugar, Love estaba avanzando el balón por el campo con facilidad. Sin embargo, en un primer down desde su propia 36 en el último minuto, Love escapó del pocket mientras Nick Bosa se lanzaba hacia él con malicia, y lanzó el balón en el medio del campo cuando un pase seguro habría sido suficiente. Dre Greenlaw lo interceptó fácilmente, poniendo fin a la temporada de los Packers.
En ese momento de lucha o huida, los instintos básicos de Love regresaron y captamos un destello de por qué cayó en el draft hace tres años. La mayoría de los mariscales de campo están sujetos a altibajos, pero esa gravedad afecta a Love más que a la mayoría. Brett Favre era famoso por esos momentos de ira en carretera en los que tomaba decisiones irracionales con su brazo cuando encontraba la ofensiva estancada. Hizo un lanzamiento similar con los Vikingos durante un juego de campeonato de la NFC en 2010.
Del mismo modo, Love ocasionalmente siente el impulso de enviar un paquete a la defensa. Había permanecido inmune al bug de las entregas como titular esta temporada, pero la última vez que Love alcanzó este nivel, retrocedió bajo las luces después de una radiante campaña en 2018 donde lanzó 32 touchdowns y seis intercepciones, con un año senior donde lideró al país entero en intercepciones. El tiroteo está en su ADN.
Dado que Rodgers poseía el menor porcentaje de intercepciones y la mejor relación de touchdown a intercepción en la historia de la liga, las tendencias de Love eran aún más preocupantes para los escépticos de los Packers cuando lo ficharon en la primera ronda. Love se benefició de ser un jugador en desarrollo, pero ha sido el mismo pasador Dr. Jekyll y Mr. Hyde con Green Bay.
En su último inicio contra los Niners en la pretemporada de 2022, Love lanzó un trío de intercepciones en otra actuación que dejó a los aficionados de los Packers preguntándose si había superado esa fase de pistolero.
A principios de noviembre, Love ocupaba el puesto 33 entre los mariscales de campo que calificaban en porcentaje de pases completos, era 25º o peor en porcentaje de intercepciones, yardas por intento y en rating de pasador. Mientras tanto, la ofensiva de los Packers no lograba superar los 20 puntos en cinco semanas consecutivas, su racha más larga en 18 años.
Finalmente, el ritmo arrollador de Love al final de la temporada regular puso esos momentos difíciles en el espejo retrovisor hasta la última jugada del domingo, cuando dejó a la nación de los Packers queriendo más. El hecho de que parecía cerca de llegar al juego de campeonato de la NFC después de tanta incredulidad que lo rodeaba mientras merodeaba por el banquillo durante años como el recambio de Aaron Rodgers es un testimonio de su talento.
Habría habido disturbios en Chicago si Love hubiera terminado ese drive con una incursión a la zona de anotación o lo hubiera ganado en tiempo extra. Durante décadas, los Bears han buscado a los mejores prospectos en los drafts sin suerte, mientras que los Packers siguen encontrando diamantes en la calle. No solo eso, sino que evitaron por poco un posible enfrentamiento en el fin de semana del Campeonato de la NFC.
La clave para una actuación en bis de Love es demostrar que la regresión no está a la vuelta de la esquina y que su lanzamiento de final de temporada fue una aberración. Después de una década de consistencia de Rodgers, Green Bay vuelve a estar en el punto de mira de otro pistolero, para bien o para mal.