La tendencia de la «shrinkflation» ha llegado a los hogares en Estados Unidos, donde las casas están reduciendo su tamaño pero aumentando considerablemente su precio. Según un análisis reciente de USA Today Homefront, la casa promedio en América es ahora 128 pies cuadrados más pequeña y $125,000 más cara que hace cinco años. Esto se traduce en una disminución del tamaño del 6% y un aumento del precio del 39%, llegando hasta un 52% más caro por pie cuadrado.
Este fenómeno se está viendo especialmente en las áreas metropolitanas más pobladas, donde solo 18 han experimentado un aumento en el tamaño de las viviendas en los últimos cinco años, pero sin excepción, cada una ha visto un incremento en los precios. Según el análisis, construir casas más pequeñas no está frenando el crecimiento en el precio por pie cuadrado, lo que deja a los compradores con casas más pequeñas y una hipoteca inflada.
A pesar de que esta tendencia varía de una zona a otra, es evidente que factores como las tasas de interés hipotecarias históricamente bajas, la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar y la necesidad de más espacio han alimentado un auge inmobiliario durante la pandemia. Si bien se ha hablado de una leve mejora en las tasas de interés hipotecarias y en la desaceleración de la inflación de los precios de la vivienda, la asequibilidad sigue siendo un problema.
Hace un año, constructores ya se veían obligados a construir casas más pequeñas como respuesta a la falta de asequibilidad en el mercado. Reducir el tamaño de las viviendas era una forma de mantener precios más accesibles. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por reducir el tamaño de las casas, los precios continúan aumentando, aunque no tanto como lo harían si no se realizara ningún cambio.
En resumen, la tendencia de la «shrinkflation» en el mercado inmobiliario estadounidense está impactando a los compradores con casas más pequeñas y precios más altos. A pesar de los ajustes realizados por los constructores para hacer frente a problemas de asequibilidad, la realidad es que la situación no parece que vaya a cambiar pronto. Los compradores deberán tener en cuenta estos factores al momento de buscar una vivienda que se ajuste a sus necesidades y presupuesto.