No hay (o poca) discusión de que el BMW 2002 estableció el estándar para autos pequeños, ágiles y divertidos de conducir cuando cobró vida a finales de la década de 1960. Nada menos que una autoridad en clásicos de la época, David E. Davis Jr., lo llamó «una de las mejores formas de la civilización moderna de llegar a algún lugar sentado».
Las comparaciones pueden ser instintivas y quizás tediosas, pero el BMW 128i de la marca, lanzado en América en 2009, no era un 2002, así que aguanta antes de criticar. Considerado en ese momento como una alternativa adecuada al saturado Serie 3, sin embargo, el 1 fue aclamado como un sucesor viable del diminuto cupé de dos puertas.
El lindo cupé (también había una versión convertible), que producía 228 caballos de fuerza y 200 libras-pie de par motor, también podía tener un modelo más agresivo: el 135i, con un motor turbo que aumentaba la potencia a 300 caballos de fuerza, considerado por muchos como subestimado de fábrica. La producción del Serie 1 para Estados Unidos se detuvo en 2014; un hatchback Serie 1 de tercera generación con tracción delantera salió a la venta en Europa en 2019. Por supuesto, el BMW 1M existe como la máxima expresión de rendimiento para el Serie 1. Contaba con un motor de seis cilindros en línea gemelos turbo de 340 caballos de fuerza, partes de suspensión, tren motriz y frenos prestados de otros autos M y en general es considerado uno de los autos M más interesantes y deseables producidos a lo largo de la historia de la división de rendimiento. Dicho esto, vamos a centrarnos en las variantes 128i y 135i, mucho más asequibles y abundantes, para este Clásico Futuro.
¿Por qué es el BMW Serie 1 un Clásico Futuro?
Considera el equipamiento del 128i: un compacto, tracción trasera que cubre el mercado para entusiastas de BMW y consumidores casuales. Tenía un motor N52 de seis cilindros en línea, aspiración natural, dirección asistida hidráulica, tres pedales y un chasis sobresaliente.
Vivir con este cupé creaba pocos problemas para los conductores, lo cual dice mucho en lenguaje automotor. Como lo expresó Motor Trend, el 128i «es casi todo lo que una sola persona o una pareja interesada en la conducción podrían desear en un cupé deportivo: manejo atlético, tren motriz de seis cilindros súper receptivo, pedal de embrague y palanca de cambios perfectamente calibrados, dirección altamente comunicativa, asientos de apoyo, movimientos corporales bien controlados, y una suspensión firme pero perfectamente amortiguada».
Las dimensiones ligeramente reducidas del Serie 1, en comparación con el Serie 3, ofrecían capó largo y maletero corto, lo que le daba un contorno musculoso pero al mismo tiempo bastante femenino. ¿Era, de hecho, feo? No te lo creerás. Como señaló una revista, perdonarás el aspecto en cuanto te sientes dentro.
En el interior, la cabina tenía asientos generosos en la parte delantera, pero los adultos en la parte trasera encontraban espacio limitado; de hecho, el Serie 1 era essencialmente un 2+2 en ese departamento. La visibilidad, sin embargo, era bastante buena para un cupé de tamaño compacto.
En la carretera, ha habido poco debate sobre las propiedades dinámicas del 1. Superaban a la competencia e incluso convencieron a aquellos que argumentaban que solo los ineptos abrazaban el Serie 1.
Los bávaros, que en un momento resistieron fabricar un automóvil más pequeño que el Serie 3, se mantuvieron con el cupé desde 2007 hasta 2013.
¿Cuál es el ejemplo ideal del BMW Serie 1?
Tira los dados y elige el 128i o el 135i.
El equipamiento estándar ofrecido con el 128i incluía llantas de 17 pulgadas, faros automáticos, limpiaparabrisas con sensor de lluvia, faros automáticos, un volante forrado en cuero y un sistema de audio de 10 altavoces. Como se señaló, venía con un motor de 6 cilindros en línea de 3.0 litros que producía alrededor de 230 caballos de fuerza y 200 libras-pie de par motor.
Subiendo al nivel de acabado 135i, el equipamiento estándar incluía una suspensión ajustada, llantas de 18 pulgadas, un techo corredizo, faros xenón y control de clima automático, además de las características del 128i. El motor era un 6 cilindros de 3.0 litros que entregaba 300 caballos de fuerza y 300 libras-pie de par motor.
Estuvieron disponibles numerosos paquetes opcionales para ambos niveles de acabado, que agregaban asientos deportivos, suspensión deportiva, molduras interiores mejoradas, iluminación ambiental, conectividad Bluetooth, tapicería de cuero, sistema de navegación, sistema de audio premium, asistencia de estacionamiento trasero y asientos delanteros con calefacción.
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¿Existen buenas alternativas al BMW Serie 1?
Algunas opciones obvias serían el GTI de VW, su hermano más caro, el Audi TT, y, bajando en la línea de precios, el Mazda3.
El GTI, por supuesto, es la alternativa eterna en la gama de precios/tamaño/potencia y seguro que encontrarás ejemplos con transmisión manual. Por supuesto, el Serie 1 es de tracción trasera, lo que ofrece dinámica de conducción diferente (mejor) que gran parte de la competencia.
El Mazda3, bastante nuevo en 2010, fue ampliamente elogiado por su manejo atlético y su interior de gama alta. La dirección fue excepcional y el motor más grande entregaba casi 170 caballos de fuerza.
En el mercado de autos usados, los compradores potenciales deberían esperar encontrar ejemplos 128i de 2009 a 2011 por $8,000 a $10,000 (por supuesto, los ejemplos con menos millas se venderán a un precio más alto), con la versión 135i a $2,000 o $3,000 más (nuevamente, dependiendo de la cantidad de millas). El BMW 135is tardío, con su motor de 320 caballos de fuerza, puede ser el más deseable de la raza, pero también es muy raro y, por lo tanto, difícil de conseguir.
