China parece haber dado marcha atrás en las estrictas normativas destinadas a combatir lo que el regulador consideraba juegos «obsesivos».
La Administración Nacional de Prensa y Publicaciones (NPPA, por sus siglas en inglés) había propuesto regulaciones que limitaban la cantidad de dinero y tiempo que las personas gastaban en videojuegos.
Sin embargo, el martes, las reglas provisionales ya no estaban en el sitio web de la NPPA.
China es el mercado de videojuegos en línea más grande del mundo, pero la industria ha tenido frecuentes desencuentros con las autoridades.
Las nuevas normas habrían limitado las compras dentro del juego. También se habrían cuestionado incentivos como las recompensas diarias de inicio de sesión para los jugadores, mientras se proponía la introducción de una advertencia emergente para jugadores con comportamiento «irracional».
Las acciones de las empresas de juegos chinas, incluida la compañía de juegos más grande del mundo, Tencent Holdings, y su rival NetEase, aumentaron después de la aparente reversión.
Habían caído después de que las reglas se propusieran por primera vez en diciembre, borrando casi $80 mil millones (£63 mil millones) del valor de las dos empresas.
Sin embargo, los analistas dicen que el sector aún está nublado por la incertidumbre sobre lo que el gobierno podría hacer a continuación.
«Creo que este tipo de sentimiento probablemente durará bastante tiempo, a menos que tengamos un cambio drástico en la retórica del gobierno, o a menos que obtengamos políticas muy favorables», dijo Ivan Su, analista senior de Morningstar.
«No sabemos si va a suceder en una semana, en un par de meses o en un par de años».
La mayor represión de China a los jugadores ocurrió en 2021 cuando se prohibió a los niños jugar más de una hora en ciertos días.
Ese mismo año, el gobierno dejó de otorgar licencias de juego durante ocho meses.
Como resultado, según Su, «muchos desarrolladores chinos han comenzado a cambiar su cartera de desarrollo hacia juegos extranjeros».
NetEase y Tencent adquirieron o invirtieron en empresas en países como Francia, Japón y Estados Unidos.
Queda por verse si la actual incertidumbre provocará otra ola de expansión en el extranjero.