La saga de la reconfiguración geopolítica en la región del Sahel africano parece lejos de terminar. Tras una serie de golpes de Estado que llevaron a varias juntas militares al poder en Níger, Malí y Burkina Faso, el poder e influencia de las potencias occidentales, especialmente de Francia y Estados Unidos, se desmoronaron rápidamente.
Después de que Francia, bajo Emmanuel Macron, se viera obligada a retirar todas sus tropas de las naciones del Sahel, en una gran humillación para la potencia postcolonial, ahora le toca a las fuerzas estadounidenses también abandonar Níger, un importante revés para su política antiterrorista y de seguridad en la convulsa región del Sahel africano.
Se ha informado que más de 1,000 militares estadounidenses abandonarán Níger en los próximos meses.
El vacío dejado por la partida de las potencias occidentales ha sido ocupado por Rusia. En una reunión en Washington, funcionarios del Departamento de Estado informaron al primer ministro de Níger, Ali Lamine Zeineof, sobre la desaprobación de Estados Unidos ante el acercamiento del país a Rusia en materia de seguridad, así como por considerar a Irán para un acuerdo sobre sus reservas de uranio.
El New York Times informó: «La decisión no fue una sorpresa particular. Níger dijo el mes pasado que revocaría su acuerdo de cooperación militar con Estados Unidos tras una serie de reuniones altamente conflictivas en la capital de Níger, Niamey, con una delegación diplomática y militar estadounidense de alto nivel. Esa medida está en línea con un patrón reciente de países en la región del Sahel, un área árida al sur del Sáhara, de romper lazos con países occidentales. Cada vez más, se están asociando con Rusia en su lugar. Diplomáticos estadounidenses han intentado en las últimas semanas salvar un acuerdo renovado de cooperación militar con el gobierno militar de Níger, dijeron funcionarios estadounidenses, pero al final no lograron llegar a un compromiso.»
La presencia de tropas estadounidenses fue ampliamente rechazada por la población. Los manifestantes en la capital han estado exigiendo la retirada del personal militar, solo días después de que Rusia entregara su propio equipo militar e instructores al ejército del país. Se han mantenido discusiones con Níger para planificar una «retirada ordenada y responsable» de las fuerzas en los próximos días, un proceso que llevará meses completar.
Un grupo de cien instructores rusos y un sistema de defensa antiaérea llegaron a Níger la semana pasada en un movimiento repentino que interrumpió la cooperación a corto plazo. El Departamento de Defensa está tratando de establecer nuevas bases de drones en un país costero de África Occidental, aunque las conversaciones se encuentran en una etapa inicial.
En medio de este cambio de influencia en la región, el futuro de las relaciones internacionales en el Sahel africano es incierto.