La adopción de vehículos eléctricos en los Estados Unidos ha estado rezagada en comparación con China y Europa, y según un nuevo informe de la firma de investigación automotriz JATO Dynamics, la cultura del país es una de las causas principales.
El informe destaca que China representa más de la mitad de la demanda global de vehículos eléctricos de batería (BEVs), mientras que Europa tiene el 22% y Estados Unidos solo el 12%.
Los investigadores señalaron la afinidad de los estadounidenses por los vehículos SUV y camionetas que consumen mucha gasolina como uno de los principales desafíos para la adopción de vehículos eléctricos. La cultura de dependencia de vehículos de combustión interna (ICE) en Estados Unidos, impulsada en gran parte por los precios relativamente bajos de la gasolina y la preferencia de los consumidores por vehículos grandes, es un factor que dificulta el cambio a vehículos eléctricos.
Además, la falta de opciones de carga confiables también ha sido identificada como un obstáculo. El crecimiento de cargadores rápidos en Estados Unidos en 2022 fue el más bajo en comparación con otros mercados importantes, lo que muestra la necesidad de mejorar la infraestructura de carga.
Aunque se espera que la implementación de infraestructura de carga se acelere gracias a inversiones federales, el informe destaca que las iniciativas actuales no son suficientes para satisfacer la creciente demanda de los próximos años.
Otros factores que contribuyen a la baja adopción de vehículos eléctricos en Estados Unidos incluyen la falta de opciones de vehículos eléctricos asequibles, las dificultades de los fabricantes para aumentar la producción de BEVs y los posibles obstáculos regulatorios.
En definitiva, la adopción de vehículos eléctricos en Estados Unidos se ha visto obstaculizada por varios factores, desde la cultura de preferencia por vehículos de gasolina hasta la falta de infraestructura de carga adecuada. Sin embargo, con la implementación de medidas adecuadas, se espera que la adopción de vehículos eléctricos en el país pueda aumentar en los próximos años, impulsando la transición hacia una movilidad más sostenible.