La ciudad de Chicago está discontinuando el uso de un servicio de tecnología de detección de disparos llamado ‘ShotSpotter’ este año. Cuando se le cuestionó esta semana sobre qué lo reemplazaría, Johnson sugirió que podría haber algunas situaciones de emergencia que podrían recibir una respuesta ‘no policial’.
Este concepto tiene desastre escrito por todos lados. Johnson mencionó las emergencias de salud mental como ejemplo, pero cualquier oficial de la ley le dirá que estas situaciones son peligrosas porque nunca se sabe en qué se está entrando. ¿La persona está armada? ¿Drogada o ebria?
Todo esto hará que la ciudad sea menos segura para las personas. Es exactamente lo contrario de lo que se debería hacer.
El contrato de Chicago con SoundThinking, una empresa de tecnología de seguridad pública que dice que su herramienta ShotSpotter se usa en aproximadamente 150 ciudades, expira el viernes. La ciudad planea finalizar el uso de la tecnología ShotSpotter a fines de septiembre, según funcionarios de la ciudad. Desde 2018, la ciudad ha gastado $49 millones en ShotSpotter.
«Chicago desplegará sus recursos en las estrategias y tácticas más efectivas probadas para acelerar la actual tendencia a la baja en la violencia», dijo la ciudad en un comunicado. «Hacer este trabajo, en consulta con la comunidad, las organizaciones de prevención de la violencia y las fuerzas del orden, proporciona un camino hacia un Chicago mejor, más fuerte y más seguro para todos».
La oficina de Johnson dijo que durante el período interino, las fuerzas del orden y los grupos de seguridad comunitaria «evaluarían herramientas y programas que aumenten efectivamente la seguridad y la confianza» y emitirían recomendaciones.
Chicago destituyó a la exalcaldesa Lori Lightfoot porque las cosas no iban bien en la Ciudad del Viento. Eligieron a un hombre bastante abierto sobre su amor por el comunismo, Brandon Johnson. Y las cosas van aún peor que antes, y eso se refleja en sus números decrecientes de encuestas…
Y ahora empeora aún más: quiere una ‘respuesta no policial’ a emergencias. Enviar trabajadores sociales a escenas de crímenes no termina bien para nadie.
Es asombroso que la gente de Chicago esté tolerando esto.
