Desde su victoria en las elecciones presidenciales de la semana pasada, Donald Trump ha estado notablemente fuera de la vista del público. A pesar de su amor por el centro de atención, Trump ha pasado la mayor parte de su primera semana como presidente electo en Mar-a-Lago, su club privado en Florida, trabajando el teléfono, reconectándose con líderes extranjeros y armando su nueva administración.
A pesar de su aparente ausencia, Trump está rodeado de asesores, amigos y miembros de su club que ofrecen consejos mientras selecciona a las personas para los principales cargos gubernamentales. Elon Musk, el hombre más rico del mundo, ha sido una presencia constante y se le considera como uno de los figuras más influyentes en la órbita inmediata de Trump después de su jefa de campaña convertida en jefa de gabinete entrante, Susie Wiles.
El miércoles se espera que Trump regrese a la vista pública, cuando visite la Casa Blanca para reunirse con el presidente Joe Biden y consulte con el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson. Aunque el proceso privado parece estar avanzando a un ritmo más acelerado que en su primer mandato, no carece de la atmósfera implacable que Trump ha fomentado en su círculo cercano.
A lo largo de los años, la forma en que Trump maneja sus transiciones ha ido evolucionando. Desde mostrar su selección de personal en declaraciones y publicaciones en su sitio de redes sociales hasta su reciente movimiento a Mar-a-Lago, con medidas de seguridad más estrictas que antes, queda claro que Trump está trabajando en la construcción de su segunda presidencia de manera diferente.
En resumen, la forma en que Trump ha manejado su transición presidencial durante su segunda victoria ha sido mucho más discreta y selectiva que la vez anterior. Aunque rodeado de asesores y miembros de su club, este enfoque más privado no ha evitado la competencia intensa por los puestos en su administración, lo que destaca una macrodynamica explicita dentro del círculo de confianza de Trump.
Al final, Trump está trabajando diligentemente en la configuración de su nuevo gobierno, rodeado de influencias como Musk, mientras se prepara para lo que será su segundo mandato como presidente.