Las nuevas leyes de propiedad de terrenos para extranjeros han llevado a ciudadanos estadounidenses de ascendencia china a reevaluar sus afiliaciones políticas, especialmente aquellos que, como Diana Xue, anteriormente apoyaban al Partido Republicano.
Xue, residente de Orlando, Florida, había votado consistentemente por el Partido Republicano, alineándose con su esposo, amigos y vecinos. Sin embargo, este año rompió con esa tradición.
Este cambio fue desencadenado por una ley en Florida que prohíbe a los ciudadanos no residentes chinos comprar propiedades en el estado. Para Xue, quien emigró de China para estudiar y se convirtió en ciudadana estadounidense hace una década, esta medida representaba una «legalización de la discriminación» contra personas de origen chino.
Florida ha sido tradicionalmente un bastión republicano, pero para Xue, esta ley fue la gota que colmó el vaso. «Debido a esta ley, empezaré a trabajar para cambiar cada escaño que pueda», afirmó. La situación de Florida no es aislada; al menos dos docenas de estados han propuesto leyes similares que limitan la compra de propiedades por ciudadanos chinos y extranjeros.
Muchos legisladores republicanos mencionan preocupaciones sobre amenazas de inteligencia y económicas de China como justificación para estas leyes. Al firmar la legislación, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, calificó a China como la «mayor amenaza geopolítica» para Estados Unidos, afirmando que la ley era una medida contra el Partido Comunista Chino.
Estas leyes han servido como una «llamada de atención» para algunos ciudadanos chinos naturalizados, empujándolos hacia el Partido Demócrata por temor a ser injustamente señalados por su etnia. Mientras tanto, las tensiones entre Estados Unidos y China se intensificaron en 2023 cuando se detectó un globo espía chino sospechoso sobre Montana, lo que llevó a estados como Missouri, Texas y Tennessee a introducir medidas similares.
Las leyes restringen las compras de tierras cerca de infraestructuras críticas o bases militares para ciudadanos chinos y los de otras naciones consideradas adversarias, con excepciones limitadas para personas con asilo o visas no turísticas. Según el Centro Nacional de Derecho Agrario, 24 estados actualmente prohíben o restringen la propiedad extranjera de tierras agrícolas para no residentes permanentes.
Liu Pengyu, portavoz de la embajada china en Washington, expresó su preocupación por la creciente hostilidad hacia la comunidad asiática en Estados Unidos, considerándolo como contrario a los principios de libre mercado y comercio internacional que Estados Unidos afirma defender. Estas leyes también podrían disuadir a inversionistas extranjeros que podrían contribuir a revitalizar la economía de Estados Unidos, según John Ling, un experto en atraer proyectos manufactureros chinos a Estados Unidos.