La regulación de la inteligencia artificial en los Estados Unidos sigue siendo un tema en constante evolución. A pesar de los avances logrados por los legisladores en los últimos meses, aún existen obstáculos que demuestran la complejidad de establecer normas claras para esta tecnología.
Por un lado, estados como Tennessee, Colorado y California han implementado medidas para proteger a los artistas de voz, adoptar enfoques basados en riesgos y promulgar leyes de seguridad relacionadas con la inteligencia artificial. Sin embargo, a nivel federal, la falta de una política de inteligencia artificial comparable a la de la Unión Europea sigue siendo evidente, lo que dificulta la implementación de regulaciones a nivel nacional.
A pesar de los desafíos, existen señales de optimismo. La Federal Trade Commission ha tomado medidas enérgicas contra empresas que recopilan datos de manera encubierta, mientras que el Presidente Joe Biden ha firmado una Orden Ejecutiva sobre Inteligencia Artificial para fomentar prácticas de informe voluntarias y de benchmarking. Asimismo, el Instituto de Seguridad de Inteligencia Artificial de los Estados Unidos se ha centrado en estudiar los riesgos en los sistemas de IA, con asociaciones de investigación con importantes laboratorios de inteligencia artificial.
A pesar de los esfuerzos actuales, la falta de consenso y las críticas de algunos actores de la industria plantean dudas sobre el futuro de la regulación de la inteligencia artificial en el país. Sin embargo, figuras como Jessica Newman, directora del AI Policy Hub de UC Berkeley, creen que la presión para unificar las normativas estatales existentes llevará a una solución legislativa más sólida a nivel federal.
En última instancia, la necesidad de claridad y reducción de la incertidumbre podría ser el impulso necesario para que los legisladores federales aborden de manera más integral la regulación de la inteligencia artificial en los Estados Unidos. Con casi 700 propuestas de legislación de IA introducidas solo este año, parece que el camino hacia una regulación más amplia y coherente está en marcha.
En resumen, si bien la regulación de la inteligencia artificial en los Estados Unidos sigue siendo un desafío, existen indicios de progreso y una creciente conciencia sobre la importancia de establecer normas claras para proteger tanto a los usuarios como a la sociedad en su conjunto.