Los comentarios del expresidente resaltan cómo el incidente se ha convertido en un dolor de cabeza para su campaña.
Donald Trump ofreció una defensa extensa el viernes sobre su decisión de posar para fotos en el Cementerio Nacional de Arlington, insistiendo en que estuvo allí por invitación de las familias de miembros del ejército que murieron en Afganistán y no para un evento de campaña.
Las declaraciones del exmandatario sobre Arlington en un mitin en Johnstown, Pensilvania, y una posterior aparición en un evento de Moms for Liberty en Washington, D.C., subrayan cómo el incidente se ha convertido en una gran vergüenza para su campaña.
“Me dicen que usé sus tumbas para servicios de relaciones públicas, y no lo hice”, dijo en el mitin en Johnstown.
El incidente del lunes ocurrió cuando Trump asistió a un servicio conmemorativo en el cementerio junto a las familias de dos miembros del servicio que murieron durante la retirada de Estados Unidos de Afganistán.
Funcionarios del Ejército informaron al equipo del expresidente sobre una ley federal que prohíbe la filmación de anuncios políticos partidistas en cementerios nacionales. Cuando un fotógrafo de Trump intentó acompañar al expresidente a las tumbas, un funcionario del Ejército intentó detenerlo, pero fue apartado.
El incidente se ha convertido en la última distracción para el exmandatario, mientras que las encuestas muestran a la vicepresidenta Kamala Harris ganando impulso en la carrera presidencial.
Trump culpó a la Casa Blanca por convertir su visita y la sesión fotográfica en un tema político, diciendo que recibió una llamada de alguien en la administración, a quien no identificó, que le dijo que las fotos tomadas eran para fines de relaciones públicas.
“Es simplemente repugnante, y les diré, recibo mucha publicidad y no necesito esa publicidad”, dijo Trump.