En medio de las agitadas semanas de política, la reciente elección de Kamala Harris, candidata presidencial demócrata, de un vicepresidente ha generado gran interés. Harris ha elegido al gobernador de Minnesota, Tim Walz, pero hoy no vamos a hablar de políticas ni encuestas. Nos interesa el International Harvester Scout de 1979 de Walz, un vehículo que ha aparecido casi tanto en los medios como su dueño.
El Scout celeste tiene techo blanco y parece haber sido sometido a una restauración completa. Walz ha dicho que el International es su único vehículo, aunque la mayor parte del tiempo es conducido en una SUV propiedad del estado. Fuera de eso, el Scout no tiene nada de particular, aunque Walz consiguió placas de matrícula personalizadas con su lema de campaña, «ONE MN».
Por supuesto, en el clima político actual, incluso los autos clásicos pueden generar controversia. En 2020, Walz recibió críticas por su impulso para implementar normas de eficiencia de combustible y emisiones para igualar las regulaciones de California. Sus críticos cuestionaban los mandatos, diciendo que conducir el Scout, que tiene un consumo de 11.4 mpg, era hipócrita.
Por otro lado, en el extremo opuesto del espectro político, no sabemos qué tipo de automóvil maneja (o manejaba) el compañero de fórmula de Donald Trump. A pesar de tener un libro superventas y algunos años como senador, la vida automovilística de J.D. Vance es un misterio total, aunque probablemente no sea un vehículo eléctrico. Ha presionado para eliminar los créditos fiscales federales para vehículos eléctricos, diciendo que prefiere implementar incentivos para vehículos a gasolina.
A medida que una persona asciende en el gobierno, es menos probable que pueda conducir. El Scout de Walz es sin duda genial, pero los vicepresidentes no suelen tener mucho tiempo al volante durante y después de su mandato debido a preocupaciones de seguridad. El presidente Biden apareció en «Jay Leno’s Garage» conduciendo su Corvette convertible de 1967, pero fue una oportunidad rara que vino con mucha seguridad y una ubicación muy apartada.
En resumen, el vehículo de Tim Walz no solo es un medio de transporte, sino también un reflejo de su personalidad y sus valores. Aunque pueda generar críticas y controversias, demuestra que la pasión por los autos clásicos no está reñida con la política.